España pondrá en órbita en el año 2010 un satélite que facilitará la gestión de los recursos naturales y la ordenación del territorio. Asimismo, permitirá el control de fronteras. Todo ello será posible gracias a un instrumental óptico de gran precisión, de una resolución de 2,5 metros en pancromático y 10 metros en multiespectral.
Con este proyecto, el Gobierno español busca aumentar su participación en los programas de la Agencia Espacial Europea (ESA), según dijo Pilar Román, delegada española de la ESA, en la presentación del Congreso de Astronáutica que se celebra estos días en Valencia.
Román avanzó que la aportación española en la ESA se centrará, además, en su contribución al Programa de Gestión de Medio Ambiente y Seguridad (GMES) y en misiones de demostración en órbita asociadas a tecnologías de navegación y de vuelo de formación.
La delegada insistió en que la intensificación de la participación española en estos proyectos supondrá un aumento en el nivel de contratación que las empresas del sector aeroespacial obtendrán de la ESA, merced al mecanismo del retorno geográfico que rige las compras de esta organización.
En concreto, estimó que se generarán del orden de 600 puestos de trabajo directos en la industria espacial y alrededor de 200 empleos adicionales en el desarrollo de aplicaciones.
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