El experimento
Para llegar a estas conclusiones, los científicos sometieron a las aves a un periodo de "entrenamiento", durante el cual las distribuyeron durante seis días y en mañanas alternas en dos compartimentos diferentes. En uno de ellos, a las aves se les daba desayuno mientras que en el otro se las privaba de comida.
Una vez concluida la fase de entrenamiento, los expertos comenzaron a dar comida a los pájaros a horas vespertinas inesperadas.
Los autores del estudio observaron que las aves almacenaban más alimentos de los que se les asignaban cuando esa misma mañana se habían visto privadas de desayuno ya que anticipaban que estarían hambrientas a la mañana siguiente.
En otro experimento similar, los científicos vieron que las aves almacenaban determinada comida en los compartimentos en los que preveían que faltarían al día siguiente.
Con estos experimentos se demuestra que esas aves son capaces de planear el futuro y asegurarse una alimentación variada en el próximo desayuno.
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