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Pese a las pérdidas anuales de millones de hectáreas, los bosques tropicales absorben cerca de una quinta parte del dióxido de carbono que emiten los combustibles fósiles y, además, cada vez capturan más gracias a que se están haciendo más grandes.
Así lo recoge un estudio de la Universidad de Leeds en Reino Unido que se publica en la revista Nature, que, por primera vez, han podido calcular la cantidad de dióxido de carbono absorbida por la selva virgen tropical, que asciende a 4.800 millones de toneladas anuales.
Los investigadores pudieron alcanzar esta cifra tras descubrir un inmenso almacén de CO2 en la selva tropical africana, de 1.200 millones de toneladas de carbono anuales.
Análisis promenorizado
Para ello fueron analizados y medidos 250.000 árboles de las selvas tropicales de 20 países, 70.000 de ellos en África.
En las últimas décadas, los árboles de la selva virgen tropical han asimilado una media de 0,5 toneladas más de CO2 por hectárea cada año, que en el caso de África es de 0,6 toneladas por hectárea.
Según explica Simon Lewis, director del estudio, "los árboles de los bosques tropicales están absorbiendo alrededor del 18% del CO2 que se añade a la atmósfera cada año procedente del consumo de los combustibles fósiles, contrarrestando de forma sustancial la tasa de cambio climático".
"Estamos recibiendo un subsidio gratuito de la naturaleza", ha subrayado.
Y es que, al menos en las pasadas décadas, cada hectárea de bosque africano intacta ha atrapado un extra de 600 millones de toneladas de carbón al año.
Árboles más grandes
En este sentido, los árboles están haciéndose más grandes y eliminando más carbono por razones desconocidas, aunque se sospecha que el extra de CO2 de la atmósfera podría estar actuando como fertilizante.
Sin embargo, Lewis apunta que cualquiera que sea la causa el ser humano no puede confiar en este sumidero para siempre. "Incluso si preservamos todos los bosques tropicales restantes, estos árboles no podrán seguir creciendo de forma indefinida", concluye Lewis.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, las actividades humanas producen 32.000 millones de toneladas anuales de CO2 -el 80% de la quema de combustibles fósiles y el 20% por la deforestación-, pero sólo 15.000 millones van a parar a la atmósfera y contribuyen al cambio climático.
De los restantes 17.000 millones, 8.000 millones son absorbidos por los océanos y los otros 9.000 millones por la vegetación y la tierra.
Un 'regalo' en peligro
Sin embargo, esta situación puede cambiar, ya que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calcula que cada año se pierden 14 millones de hectáreas de bosques tropicales, de ellos 6 millones en África.
"De seguir las cosas así, quedará poca selva tropical en el futuro", ha advertido Lewis.
De acuerdo con los distintos modelos de cambio climático, el almacenamiento de CO2 puede disminuir o desaparecer al reducirse la superficie selvática y las selvas vírgenes pueden incluso convertirse en una fuente de dióxido de carbono a la atmósfera, advirtió Lewis.
En este sentido, otro de los autores del estudio, el Dr. Lee White, de Gabón, da un argumento "convincente" para la conservación de estos bosques.
Según White, la captura de unos 5.000 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera tiene un valor de 14.750 millones de euros anuales si se tienen en cuenta los precios de la tonelada de carbono.
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Pese a las pérdidas anuales de millones de hectáreas, los bosques tropicales absorben cerca de una quinta parte del dióxido de carbono que emiten los combustibles fósiles y, además, cada vez capturan más gracias a que se están haciendo más grandes.
Así lo recoge un estudio de la Universidad de Leeds en Reino Unido que se publica en la revista Nature, que, por primera vez, han podido calcular la cantidad de dióxido de carbono absorbida por la selva virgen tropical, que asciende a 4.800 millones de toneladas anuales.
Los investigadores pudieron alcanzar esta cifra tras descubrir un inmenso almacén de CO2 en la selva tropical africana, de 1.200 millones de toneladas de carbono anuales.
Análisis promenorizado
Para ello fueron analizados y medidos 250.000 árboles de las selvas tropicales de 20 países, 70.000 de ellos en África.
En las últimas décadas, los árboles de la selva virgen tropical han asimilado una media de 0,5 toneladas más de CO2 por hectárea cada año, que en el caso de África es de 0,6 toneladas por hectárea.
Según explica Simon Lewis, director del estudio, "los árboles de los bosques tropicales están absorbiendo alrededor del 18% del CO2 que se añade a la atmósfera cada año procedente del consumo de los combustibles fósiles, contrarrestando de forma sustancial la tasa de cambio climático".
"Estamos recibiendo un subsidio gratuito de la naturaleza", ha subrayado.
Y es que, al menos en las pasadas décadas, cada hectárea de bosque africano intacta ha atrapado un extra de 600 millones de toneladas de carbón al año.
Árboles más grandes
En este sentido, los árboles están haciéndose más grandes y eliminando más carbono por razones desconocidas, aunque se sospecha que el extra de CO2 de la atmósfera podría estar actuando como fertilizante.
Sin embargo, Lewis apunta que cualquiera que sea la causa el ser humano no puede confiar en este sumidero para siempre. "Incluso si preservamos todos los bosques tropicales restantes, estos árboles no podrán seguir creciendo de forma indefinida", concluye Lewis.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, las actividades humanas producen 32.000 millones de toneladas anuales de CO2 -el 80% de la quema de combustibles fósiles y el 20% por la deforestación-, pero sólo 15.000 millones van a parar a la atmósfera y contribuyen al cambio climático.
De los restantes 17.000 millones, 8.000 millones son absorbidos por los océanos y los otros 9.000 millones por la vegetación y la tierra.
Un 'regalo' en peligro
Sin embargo, esta situación puede cambiar, ya que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calcula que cada año se pierden 14 millones de hectáreas de bosques tropicales, de ellos 6 millones en África.
"De seguir las cosas así, quedará poca selva tropical en el futuro", ha advertido Lewis.
De acuerdo con los distintos modelos de cambio climático, el almacenamiento de CO2 puede disminuir o desaparecer al reducirse la superficie selvática y las selvas vírgenes pueden incluso convertirse en una fuente de dióxido de carbono a la atmósfera, advirtió Lewis.
En este sentido, otro de los autores del estudio, el Dr. Lee White, de Gabón, da un argumento "convincente" para la conservación de estos bosques.
Según White, la captura de unos 5.000 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera tiene un valor de 14.750 millones de euros anuales si se tienen en cuenta los precios de la tonelada de carbono.
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