Medio Ambiente adecúa su programa forestal 20 años después de su aprobación · La superficie arbolada genera un beneficio de 20.400 millones de euros al año
La ONU designó el día en que nace la primavera como la fecha para conmemorar el Día Forestal Mundial, una jornada en la que tomar el pulso a los pulmones del planeta y que este año en Andalucía coincide con el 20 aniversario de la aprobación de su Plan Forestal. El documento que ha marcado el desarrollo de los bosques andaluces lo aprobó por unanimidad el Parlamento en 1989 con una vigencia de 60 años. El calendario marca que ha llegado el tiempo de su puesta al día con un proyecto que exigirá una inversión cercana a los 4.000 millones de euros hasta 2015, según las primeras estimaciones que ha realizado la Consejería de Medio Ambiente en el borrador de la Adecuación del Plan Forestal Andaluz 2008-2015. Ésta será su tercera revisión en los primeros 20 años de vigencia.
Estas dos décadas de gestión de los bosques ha permitido repoblar 200.000 hectáreas, realizar tratamientos selvícolas en un millón de ellas, reforestar 148.000 hectáreas que antes se dedicaban a la agricultora o producir 238 millones de plantas en la red de viveros de la Consejería. Medio Ambiente considera que ha cumplido de sobra en estas dos décadas de gestión, con una inversión anual próxima a los 239,7 millones de euros anuales. La oposición, sin embargo, hace una lectura muy distinta, y el PP estima que sólo en 2008 se han invertido 229 millones menos de lo previsto inicialmente.
Más allá del debate político, los bosques andaluces encaran las próximas década con las mismas amenaza que dos décadas atrás: erosión del suelo, incendios, desertificación, degradación de las riberas, pérdida de la biodiversidad, plagas y éxodo de la población rural. Ahora, además, hay que hacer frente a un nuevo reto: el cambio climático, que se espera deteriore las masas forestales. Éstas, a su vez, son un arma esencial para luchar contra los gases de efecto invernadero. Los bosques andaluces hoy captan el 4% de las emisiones de CO2 que emitía la comunidad en 1990.
"Las nuevas directrices favorecerán las actuaciones frente al cambio climático, potenciando los bosques como sumideros de CO2, también primaremos los usos para potenciar el aprovechamiento económico de las masas forestales", sintetizó la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, esta semana en el Parlamento.
La mitad de la superficie de Andalucía, 4,3 millones de hectáreas, tiene la consideración de terrenos forestales y, de ellas, 2,5 millones de hectáreas son zonas arboladas. Dehesas, pinares, matorral, pinsapares, sabinares o quejigares; son sólo algunos ejemplos de las 30 formaciones de vegetación que se dan en Andalucía y que generan anualmente 20.400 millones de euros. La mayor parte de esta cantidad, el 59%, proviene de los beneficios ambientales por el papel que juegan los bosques en la lucha contra la erosión o como captadores de dióxido de carbono. Otro 25%, 5.170.000 millones de euros, los aporta la actividad económica que en ellos se desarrolla, como el comercio de la madera, la extracción del corcho, el aprovechamiento de frutos como la castaña o los piñones, los pastos, la caza o la energía eólica.
Una actividad importante, en terrenos que en un 30% son de titularidad pública, pero que no ha evitado la pérdida de la población rural. Precisamente por esto Medio Ambiente quiere en la nueva adecuación del plan forestal potenciar la marca de calidad que supone los productos forestales andaluces.
La ONU designó el día en que nace la primavera como la fecha para conmemorar el Día Forestal Mundial, una jornada en la que tomar el pulso a los pulmones del planeta y que este año en Andalucía coincide con el 20 aniversario de la aprobación de su Plan Forestal. El documento que ha marcado el desarrollo de los bosques andaluces lo aprobó por unanimidad el Parlamento en 1989 con una vigencia de 60 años. El calendario marca que ha llegado el tiempo de su puesta al día con un proyecto que exigirá una inversión cercana a los 4.000 millones de euros hasta 2015, según las primeras estimaciones que ha realizado la Consejería de Medio Ambiente en el borrador de la Adecuación del Plan Forestal Andaluz 2008-2015. Ésta será su tercera revisión en los primeros 20 años de vigencia.
Estas dos décadas de gestión de los bosques ha permitido repoblar 200.000 hectáreas, realizar tratamientos selvícolas en un millón de ellas, reforestar 148.000 hectáreas que antes se dedicaban a la agricultora o producir 238 millones de plantas en la red de viveros de la Consejería. Medio Ambiente considera que ha cumplido de sobra en estas dos décadas de gestión, con una inversión anual próxima a los 239,7 millones de euros anuales. La oposición, sin embargo, hace una lectura muy distinta, y el PP estima que sólo en 2008 se han invertido 229 millones menos de lo previsto inicialmente.
Más allá del debate político, los bosques andaluces encaran las próximas década con las mismas amenaza que dos décadas atrás: erosión del suelo, incendios, desertificación, degradación de las riberas, pérdida de la biodiversidad, plagas y éxodo de la población rural. Ahora, además, hay que hacer frente a un nuevo reto: el cambio climático, que se espera deteriore las masas forestales. Éstas, a su vez, son un arma esencial para luchar contra los gases de efecto invernadero. Los bosques andaluces hoy captan el 4% de las emisiones de CO2 que emitía la comunidad en 1990.
"Las nuevas directrices favorecerán las actuaciones frente al cambio climático, potenciando los bosques como sumideros de CO2, también primaremos los usos para potenciar el aprovechamiento económico de las masas forestales", sintetizó la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, esta semana en el Parlamento.
La mitad de la superficie de Andalucía, 4,3 millones de hectáreas, tiene la consideración de terrenos forestales y, de ellas, 2,5 millones de hectáreas son zonas arboladas. Dehesas, pinares, matorral, pinsapares, sabinares o quejigares; son sólo algunos ejemplos de las 30 formaciones de vegetación que se dan en Andalucía y que generan anualmente 20.400 millones de euros. La mayor parte de esta cantidad, el 59%, proviene de los beneficios ambientales por el papel que juegan los bosques en la lucha contra la erosión o como captadores de dióxido de carbono. Otro 25%, 5.170.000 millones de euros, los aporta la actividad económica que en ellos se desarrolla, como el comercio de la madera, la extracción del corcho, el aprovechamiento de frutos como la castaña o los piñones, los pastos, la caza o la energía eólica.
Una actividad importante, en terrenos que en un 30% son de titularidad pública, pero que no ha evitado la pérdida de la población rural. Precisamente por esto Medio Ambiente quiere en la nueva adecuación del plan forestal potenciar la marca de calidad que supone los productos forestales andaluces.
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