Reclaman que se frene su progresivo deterioro por las plagas de cabras asilvestradas o de ´banyarriquer´
I. OLAIZOLA. PALMA. El Colegio de Ingenieros de Montes de Balears reclama al Govern la aprobación de planes de gestión ambiental, con su adecuada dotación económica, para garantizar la conservación y mejora de las fincas públicas de Balears así como para evitar su progresivo deterioro a causa de las plagas de cabras asilvestradas y del banyarriquer, un escarabajo que asola los encinares.
Catalina Puig, decana del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes de Balears, estimó que en el archipiélago existen en la actualidad alrededor de cincuenta fincas públicas pertenecientes a las diferentes administraciones que ocupan una extensión de unas 16.000 hectáreas que "adolecen de planes de ordenación forestal para un desarrollo sostenible de su masa forestal. La no gestión genera abandono, no conservación", recalcó.
"Las repoblaciones se están cumpliendo -la actual conselleria de Medio Ambiente se comprometió a plantar un millón de árboles en esta legislatura- pero es muy importante trabajar en el mantenimiento de estos árboles replantados para conseguir consolidar estas repoblaciones", estimó Puig, para quien el principal enemigo de éstas son las cabras asilvestradas: "Sus efectos son bien visibles en amplias zonas de la Serra de Tramuntana".
Parc de Llevant
El director general de Medio Forestal y Protección de Especies de la conselleria de Medio Ambiente, Pere Ramon, coincidió en este aspecto con la decana de los ingenieros de Montes. "Hemos repoblado grandes extensiones de terreno en Son Real, en sa Duaia y en el Parc Natural de Llevant, muy afectado por una serie de incendios que se propagaron recientemente. No obstante, en este último caso hemos tenido que actuar contra las cabras asilvestradas antes de repoblar", señaló.
Según datos facilitados por la conselleria de Medio Ambiente, durante el pasado año se abatieron un total de 1.378 cabras asilvestradas para reducir los daños que ocasionan a la vegetación, cifra que supone un importante incremento frente a los ejemplares eliminados un año antes, 908. Estas actuaciones contra este depredador vegetal se llevaron a cabo en una extensión superior a las seis mil hectáreas, fundamentalmente en las serras de Tramuntana y Llevant, en 110 jornadas de trabajo.
Sobre el banyarriquer, un escarabajo que ataca los encinares excavando galerías en sus troncos en las que depositan unos hongos que acaban provocando la muerte del árbol, Puig recalcó que "el banyarriquer se combate con gestión, trabajando con los encinares para evitar que desarrollen su actividad".
"La superficie forestal no está en regresión sino que crece por el abandono de las zonas agrícolas", aclaró la decana de los ingenieros de montes, que no obstante advirtió que si esta superficie creciente no se controla ni se gestiona, "puede dar lugar a más problemas como incendios o plagas más extensas o simplemente vendavales que arrasen zonas en toda su extensión".
Ramon admite que no todas las fincas públicas que gestiona la conselleria de Medio Ambiente cuentan con planes de gestión propios. "Más bien tenemos planes marco de actuación, más generales, para el conjunto de los terrenos públicos. Intentamos mantenerlas limpias y hacer cortafuegos para prevenir incendios o que el alcance de éstos sea menos gravoso. También reparamos las marjades, muy importantes para evitar torrenteras que erosionen más el suelo", concluyó el director general.
Catalina Puig, decana del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes de Balears, estimó que en el archipiélago existen en la actualidad alrededor de cincuenta fincas públicas pertenecientes a las diferentes administraciones que ocupan una extensión de unas 16.000 hectáreas que "adolecen de planes de ordenación forestal para un desarrollo sostenible de su masa forestal. La no gestión genera abandono, no conservación", recalcó.
"Las repoblaciones se están cumpliendo -la actual conselleria de Medio Ambiente se comprometió a plantar un millón de árboles en esta legislatura- pero es muy importante trabajar en el mantenimiento de estos árboles replantados para conseguir consolidar estas repoblaciones", estimó Puig, para quien el principal enemigo de éstas son las cabras asilvestradas: "Sus efectos son bien visibles en amplias zonas de la Serra de Tramuntana".
Parc de Llevant
El director general de Medio Forestal y Protección de Especies de la conselleria de Medio Ambiente, Pere Ramon, coincidió en este aspecto con la decana de los ingenieros de Montes. "Hemos repoblado grandes extensiones de terreno en Son Real, en sa Duaia y en el Parc Natural de Llevant, muy afectado por una serie de incendios que se propagaron recientemente. No obstante, en este último caso hemos tenido que actuar contra las cabras asilvestradas antes de repoblar", señaló.
Según datos facilitados por la conselleria de Medio Ambiente, durante el pasado año se abatieron un total de 1.378 cabras asilvestradas para reducir los daños que ocasionan a la vegetación, cifra que supone un importante incremento frente a los ejemplares eliminados un año antes, 908. Estas actuaciones contra este depredador vegetal se llevaron a cabo en una extensión superior a las seis mil hectáreas, fundamentalmente en las serras de Tramuntana y Llevant, en 110 jornadas de trabajo.
Sobre el banyarriquer, un escarabajo que ataca los encinares excavando galerías en sus troncos en las que depositan unos hongos que acaban provocando la muerte del árbol, Puig recalcó que "el banyarriquer se combate con gestión, trabajando con los encinares para evitar que desarrollen su actividad".
"La superficie forestal no está en regresión sino que crece por el abandono de las zonas agrícolas", aclaró la decana de los ingenieros de montes, que no obstante advirtió que si esta superficie creciente no se controla ni se gestiona, "puede dar lugar a más problemas como incendios o plagas más extensas o simplemente vendavales que arrasen zonas en toda su extensión".
Ramon admite que no todas las fincas públicas que gestiona la conselleria de Medio Ambiente cuentan con planes de gestión propios. "Más bien tenemos planes marco de actuación, más generales, para el conjunto de los terrenos públicos. Intentamos mantenerlas limpias y hacer cortafuegos para prevenir incendios o que el alcance de éstos sea menos gravoso. También reparamos las marjades, muy importantes para evitar torrenteras que erosionen más el suelo", concluyó el director general.
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