visto en lavozdegalicia.es
Varón, español, de cualquier edad superior a los 30 e inferior a los 75 años, sin antecedentes policiales por incendio forestal ni por otros delitos. Actúa en solitario, sin que existan cómplices ni coautores y no ha sido objeto de vigilancia policial antes de su detención. «Se puede afirmar con rotundidad, por tanto, que no pertenece a ningún grupo relacionado con el crimen organizado». Estos son los rasgos más significativos del perfil del incendiario forestal, según los resultados del primer estudio psicosociológico de este tipo de delincuentes realizado por iniciativa de la Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia a raíz de la ola de incendios registrada en el verano del 2006.
Tras un encuentro con expertos portugueses autores del primer informe de este tipo realizado hasta la fecha en el mundo, la Fiscalía gallega abrió en junio del 2007 unas diligencias de investigación nuevas, al amparo de las cuales ordenó a la Guardia Civil que dispusiera de los medios necesarios para la realización del estudio, en colaboración con las policías Nacional y autonómica y el Instituto de Medicina Legal de Galicia. Ese mismo año, a instancias de la Fiscalía de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo, el trabajo se hizo extensivo a nivel nacional y se prolongó hasta enero de este año.
El estudio se efectuó sobre los datos disponibles de un total de 261 incendios -138 de ellos registrados en Galicia- analizando 67 variables distintas. También se entrevistó a un total de 26 incendiarios que estaban ingresados en prisión como responsables de 54 incendios forestales.
Otros rasgos destacables del perfil del incendiario forestal que revela el estudio son los siguientes: es un individuo ocupado laboralmente en tareas de poca cualificación, principalmente agrícolas, a las que asiste con regularidad. Ha tenido una infancia y una crianza normal, aunque a nivel educativo solo ha superado los estudios elementales, cuando no es analfabeto.
Entornos rurales
Su estado civil no aporta nada significativo, pudiendo estar casado o sin pareja, lo que se refleja en su modo de vida, pero sí cabe destacar que habita principalmente en entornos rurales -viviendas aisladas, en el campo, aldeas o pueblos- y que está adecuadamente socializado: tiene amigos y le gusta pasar con ellos su tiempo de ocio.
Su domicilio e incluso su lugar de trabajo están situados en la misma localidad del incendio o en zonas próximas de la misma provincia. A nivel de salud no tiene problemas y es poco probable que esté o haya estado a tratamiento psiquiátrico.
Durante su detención es un individuo que se asusta, reacciona con cierto nerviosismo, pero suele asumir su responsabilidad. Este estudio, que recoge la última memoria de la Fiscalía de Medio Ambiente, es el primero que, de forma sistemática, establece relaciones entre hechos y autores en base a datos empíricos.
Varón, español, de cualquier edad superior a los 30 e inferior a los 75 años, sin antecedentes policiales por incendio forestal ni por otros delitos. Actúa en solitario, sin que existan cómplices ni coautores y no ha sido objeto de vigilancia policial antes de su detención. «Se puede afirmar con rotundidad, por tanto, que no pertenece a ningún grupo relacionado con el crimen organizado». Estos son los rasgos más significativos del perfil del incendiario forestal, según los resultados del primer estudio psicosociológico de este tipo de delincuentes realizado por iniciativa de la Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia a raíz de la ola de incendios registrada en el verano del 2006.
Tras un encuentro con expertos portugueses autores del primer informe de este tipo realizado hasta la fecha en el mundo, la Fiscalía gallega abrió en junio del 2007 unas diligencias de investigación nuevas, al amparo de las cuales ordenó a la Guardia Civil que dispusiera de los medios necesarios para la realización del estudio, en colaboración con las policías Nacional y autonómica y el Instituto de Medicina Legal de Galicia. Ese mismo año, a instancias de la Fiscalía de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo, el trabajo se hizo extensivo a nivel nacional y se prolongó hasta enero de este año.
El estudio se efectuó sobre los datos disponibles de un total de 261 incendios -138 de ellos registrados en Galicia- analizando 67 variables distintas. También se entrevistó a un total de 26 incendiarios que estaban ingresados en prisión como responsables de 54 incendios forestales.
Otros rasgos destacables del perfil del incendiario forestal que revela el estudio son los siguientes: es un individuo ocupado laboralmente en tareas de poca cualificación, principalmente agrícolas, a las que asiste con regularidad. Ha tenido una infancia y una crianza normal, aunque a nivel educativo solo ha superado los estudios elementales, cuando no es analfabeto.
Entornos rurales
Su estado civil no aporta nada significativo, pudiendo estar casado o sin pareja, lo que se refleja en su modo de vida, pero sí cabe destacar que habita principalmente en entornos rurales -viviendas aisladas, en el campo, aldeas o pueblos- y que está adecuadamente socializado: tiene amigos y le gusta pasar con ellos su tiempo de ocio.
Su domicilio e incluso su lugar de trabajo están situados en la misma localidad del incendio o en zonas próximas de la misma provincia. A nivel de salud no tiene problemas y es poco probable que esté o haya estado a tratamiento psiquiátrico.
Durante su detención es un individuo que se asusta, reacciona con cierto nerviosismo, pero suele asumir su responsabilidad. Este estudio, que recoge la última memoria de la Fiscalía de Medio Ambiente, es el primero que, de forma sistemática, establece relaciones entre hechos y autores en base a datos empíricos.
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