CUENCA, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Castilla-La Mancha está preparando estos días un Decreto de Prevención de Incendios forestales que estará en marcha la próxima campaña de incendios. Se trata de un documento que pretende aportar soluciones al incremento de los incendios provocados por máquinas cosechadoras, incremento que este año ha sido del 150 por ciento.
Con motivo de una rueda de prensa ofrecida antes de un encuentro con las organizaciones agrarias, el Director General de Política Forestal, Darío Dolz, explicó que contemplan varias medidas para evitar los fuegos provocados por cosechadoras.
En este sentido, dijo que las propuestas pasan por que se reserve agua en zonas próximas a las superficies de cereal, que se coseche primero el perímetro de la parcela o que se pase una rada de disco por el perímetro y cree un cortafuegos.
Asimismo, apuntó que estudiarán la posibilidad de separar las zonas rurales de las forestales mediante cultivos que hagan "de freno" como puede ser el girasol. "Volcándonos sobre todo en esas zonas forestales o en las parcelas agrícolas que son colindantes a las zonas forestales", añadió.
Dolz también sugirió medidas para las máquinas en sí, como colocar 'matachispas' en los tubos de escape y extintores de polvo de gas para atacar el incendio desde el momento en que se produce.
El director general de Política Forestal explicó que los incendios han podido aumentar este año porque la cosecha de girasol ha sido más baja que en años anteriores y las máquinas tienen que bajar el peine más de lo habitual lo que suele provocar chispas.
En cualquier caso, confió en que con el final de la campaña de recogida del cereal, los incendios vayan disminuyendo, algo que dijo, ya está sucediendo en la última semana.
Por su parte, el secretario general Técnico de ASAJA de Cuenca, Manuel Torrero, confió en que la consejería tome medidas agrarias y manifestó su total colaboración. Así, propuso desarrollar prácticas agrícolas como soluciones.
En Cuenca, dijo, se puede sembrar girasol entre los cultivos de cereal y la superficie forestal y en el resto de provincias de Castilla la Mancha, se podría trabajar con prácticas de manejo de barbechos en las épocas más complicadas.
En la misma línea, la secretaria de Organización de UPA de Castilla-La Mancha, Elena Escobar, reiteró que los incendios causados por cosechadoras son "accidentales, en ningún caso intencionados, pero deberemos estudiar con la consejería qué medidas podemos poner en marcha entre todos para atajar este tipo de incendios", apuntó.
Finalmente, Dolz informó de que en lo que va de año, se han registrado casi 500 incendios forestales en la región, de los que 300 no han superado la hectárea. En total, se han quemado en Castilla-La Mancha 2.386 hectáreas forestales de las que casi 500 son de la provincia de Cuenca.
El Gobierno de Castilla-La Mancha está preparando estos días un Decreto de Prevención de Incendios forestales que estará en marcha la próxima campaña de incendios. Se trata de un documento que pretende aportar soluciones al incremento de los incendios provocados por máquinas cosechadoras, incremento que este año ha sido del 150 por ciento.
Con motivo de una rueda de prensa ofrecida antes de un encuentro con las organizaciones agrarias, el Director General de Política Forestal, Darío Dolz, explicó que contemplan varias medidas para evitar los fuegos provocados por cosechadoras.
En este sentido, dijo que las propuestas pasan por que se reserve agua en zonas próximas a las superficies de cereal, que se coseche primero el perímetro de la parcela o que se pase una rada de disco por el perímetro y cree un cortafuegos.
Asimismo, apuntó que estudiarán la posibilidad de separar las zonas rurales de las forestales mediante cultivos que hagan "de freno" como puede ser el girasol. "Volcándonos sobre todo en esas zonas forestales o en las parcelas agrícolas que son colindantes a las zonas forestales", añadió.
Dolz también sugirió medidas para las máquinas en sí, como colocar 'matachispas' en los tubos de escape y extintores de polvo de gas para atacar el incendio desde el momento en que se produce.
El director general de Política Forestal explicó que los incendios han podido aumentar este año porque la cosecha de girasol ha sido más baja que en años anteriores y las máquinas tienen que bajar el peine más de lo habitual lo que suele provocar chispas.
En cualquier caso, confió en que con el final de la campaña de recogida del cereal, los incendios vayan disminuyendo, algo que dijo, ya está sucediendo en la última semana.
Por su parte, el secretario general Técnico de ASAJA de Cuenca, Manuel Torrero, confió en que la consejería tome medidas agrarias y manifestó su total colaboración. Así, propuso desarrollar prácticas agrícolas como soluciones.
En Cuenca, dijo, se puede sembrar girasol entre los cultivos de cereal y la superficie forestal y en el resto de provincias de Castilla la Mancha, se podría trabajar con prácticas de manejo de barbechos en las épocas más complicadas.
En la misma línea, la secretaria de Organización de UPA de Castilla-La Mancha, Elena Escobar, reiteró que los incendios causados por cosechadoras son "accidentales, en ningún caso intencionados, pero deberemos estudiar con la consejería qué medidas podemos poner en marcha entre todos para atajar este tipo de incendios", apuntó.
Finalmente, Dolz informó de que en lo que va de año, se han registrado casi 500 incendios forestales en la región, de los que 300 no han superado la hectárea. En total, se han quemado en Castilla-La Mancha 2.386 hectáreas forestales de las que casi 500 son de la provincia de Cuenca.
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