10 septiembre 2009

El caudal y la temperatura limitan el número de truchas en los ríos

Dirección General de Montes y Conservación de la Naturaleza. Gobierno de Cantabria (Fototeca Forestal)


visto en plataformasinc.es


Después de 23 años de estudio, Javier Lobón-Cerviá ha descubierto el mecanismo que determina el número de salmónidos que hay cada año en los ríos cantábricos. Su método, monitorizar las poblaciones en relación al caudal del río en marzo, cuando emergen los juveniles de los peces. Su conclusión, que las condiciones ambientales cambian de año en año y modifican el caudal favoreciendo o no la supervivencia. Esta información arroja luz sobre un largo debate en el contexto de la teoría ecológica sobre los mecanismos que regulan el tamaño de las poblaciones animales.

En el año 2000, las poblaciones de trucha (Salmo trutta) de los ríos del noroeste de España sufrieron un declive alarmante, pero la pesca nunca se prohibió y el número de peces disminuyó todavía más. Sin embargo, en muy poco tiempo, estas poblaciones se recuperaron “naturalmente”. Javier Lobón-Cerviá, autor principal del estudio e investigador en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) tiene la respuesta y la ha publicado en la revista Freshwater Biology.

“Si utilizamos un pequeño medidor y calculamos la cantidad de agua que ha fluido en marzo (momento en el que emergen los huevos de los peces) seremos capaces de predecir cuántas truchas va a haber ahora, cuántas dentro de dos años, cuántas se deberían pescar, cuántas hembras se van a reproducir, es decir, tenemos perfectamente controlada toda la población”, explica a SINC el investigador.

Para llegar a esta conclusión han sido necesarios 23 años de estudio. En contraposición a las teorías convencionales que defienden que las poblaciones tienen mecanismos endógenos de respuesta a las variaciones y que éstos dependen de la densidad de individuos, para Lobón-Cerviá las poblaciones “responden sencillamente a las condiciones ambientales que hay en cada momento”.

Desde 1986, el científico ha estudiado el río Chaballos, en la cuenca del Río Esva (Asturias), en el que ha observado mucha variabilidad en las condiciones ambientales año tras año hasta 2007. “Con una información tan simple como es el caudal del río durante el mes de marzo, podemos predecir todo lo que va a ocurrir en el río”, subraya Lobón-Cerviá.

La lluvia y la temperatura son los factores naturales que generan las condiciones ideales para las jóvenes truchas. Cuando el caudal del río es medio, es decir alrededor de 40Hm3, el número de juveniles se maximiza porque el espacio útil del río para las larvas de los peces es bueno. “Si el caudal sube, ese espacio se inutiliza porque las velocidades del agua aumentan demasiado y perjudican a las larvas”, señala el científico. Sin embargo, la sequía es la peor condición para esta especie pues “seca pedazos de río”.

El río es un espacio vital para las larvas

La lluvia determina el caudal, y crea en el río un espacio útil para un tipo de tamaño de truchas. “Las pequeñas larvas viven en una zona del río, pero cuando crecen se mueven hacia aguas más profundas. Es ese caudal el que determina cuánto espacio útil hay para cada tamaño de trucha”, atestigua el investigador.

La temperatura regula el llamado ‘arroyo embrionario’, es decir, los dos meses que permanecen en el río los huevos fecundados de los salmónidos. Por tanto, el aumento de temperatura regula el desarrollo embrionario. “La temperatura también tiene que ver con la fuerza del reclutamiento, con la cantidad de juveniles, pero hay una relación inversa entre el caudal del río y la temperatura: cuando el caudal es muy bajo el agua se calienta más, y en los años en los que hay mucha más agua, el río se calienta menos”, asevera el científico. Pero debido a los grandes cambios de temperatura cada año, es difícil determinar la relación directa entre ésta y el número de juveniles que nacen.

Esta investigación podría aplicarse también a los salmones (Salmo sp.). Aunque ocupan zonas del río distintas, su proceso dinámico poblacional es el mismo que el de la trucha. Lobón-Cerviá estudia ahora la posibilidad de una sincronía en la reproducción y el éxito reproductivo entre las poblaciones que vierten al Cantábrico y las que vierten al Duero. “De ser así, el estudio sería muy generalizable”, concluye el investigador.

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Referencia bibliográfica:

Lobón-Cerviá, Javier. “Why, when and how do fish populations decline, collapse and recover? The example of brown trout (Salmo trutta) in Rio Chaballos (northwestern Spain)” Freshwater Biology 54(6): 1149-1162 junio de 2009.

Fuente: SINC

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