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Del 90% a menos del 1%
No pasa desapercibida la campaña televisiva que ha lanzado el Ministerio de Industria para fomentar el uso de la biomasa como fuente de energía. «El calor sostenible llega a tu hogar», reza el anuncio. «Biomasa: la energía que nos da la naturaleza con lo que a ella le sobra». Sin embargo, atendiendo a las cifras que prevé el Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010 para esta tecnología -que produce electricidad y calor mediante la quema de restos agrícolas o forestales- y a su estado de desarrollo actual, parece que la campaña llega un poco tarde. Según el documento elaborado por el Gobierno, la Biomasa debería producir en España el 47,78% de la energía renovable en 2010. Y, a un año de la finalización del PER, apenas alcanza una cuarta parte de ese objetivo.
«Del 41,2% que suponen la biomasa y el biogás para alcanzar el objetivo de generación de electricidad renovable fijado por el PER sólo se ha aportado un 12,5%», asegura Manuel García, presidente de la sección de Biomasa de APPA, la patronal de las energías renovables en España. Aún quedan por instalar 815 megavatios (MW) de biomasa para lograr los objetivos y al ritmo actual se tardaría 11,2 años en alcanzar esa cifra. «No se va a alcanzar el objetivo del PER y si esto es así podemos decir que el plan ha fracasado», dice García.
Si la desatención de la biomasa es llamativa en lo que a producción de electricidad se refiere, aún lo es más si se miran los objetivos de los usos térmicos de esta tecnología, es decir, aquella destinada a la calefacción o el agua caliente de los hogares. Los objetivos fijados por el PER para los usos térmicos de la biomasa suponen más del 90% del total, siendo el restante 10% para la solar térmica de baja temperatura, cuya instalación para calentar el agua sanitaria es hoy obligatoria en toda nueva construcción debido al Código Técnico de la Edificación. Se entiende, por tanto, que el crecimiento de esta última tecnología haya sido enorme y el de la biomasa casi inapreciable.
Del 90% a menos del 1%
A pesar de campañas publicitarias como la ya citada, la patronal de las energías renovables asegura que el crecimiento de la biomasa para usos térmicos ha sido tan testimonial que ni siquiera dispone de una cifra orientativa del porcentaje que supone esta tecnología en la actualidad. «Sin duda será menor del 1%», aseguran desde APPA.
El incumplimiento de los objetivos para la biomasa no significa que no se puedan alcanzar los objetivos totales del 30,3% de la electricidad procedente de fuentes renovables que fija el PER para 2010. De la misma forma que la biomasa se ha dejado de lado, otras fuentes como la solar termoeléctrica o la eólica han tenido crecimientos por encima de lo que contempla el plan.
Para Manuel García, el estancamiento de esta forma de generación tiene importantes consecuencias no sólo en el sector energético sino también en el social y en el ambiental. «El despegue definitivo de la biomasa para alcanzar los objetivos para 2010 atraería inversiones por más de 4.000 millones de euros, crearía 24.000 empleos en el mundo rural y ahorraría la emisión de 14,6 millones de toneladas de CO2», dice. Además, según un informe de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, se podrían evitar entre un 50 y un 70% de los incendios forestales cada año gracias al valor añadido que esta tecnología le da a terrenos cada día más abandonados y a la retirada del campo del combustible agrícola y forestal que propicia.
La biomasa es una tecnología fácilmente gestionable ya que no depende de factores meteorológicos para producir y puede generar una media de 8.000 horas anuales, mientras que la eólica, por ejemplo, lo hace menos de 3.000 horas cada año. «Pero las administraciones no están siendo todo lo ágiles que debieran», dice García. «No se entiende cómo puede ser la tecnología renovable sobre la que descansa el PER hasta 2010 y a su vez sea la que menos se ha desarrollado en los últimos años», lamenta Manuel García. «Por ello pedimos coherencia entre los objetivos establecidos por el Gobierno y las políticas de apoyo al sector».
«El Gobierno va a fomentar esta fuente todo lo que pueda debido a su potencial dinamizador del mundo rural», asegura a ELMUNDO.es Jaume Margarit, director de Energías Renovables del IDAE, dependiente del Ministerio de Industria. Desde APPA biomasa confían en que esa voluntad se vea reflejada en la futura Ley de Energías Renovables y durante la presidencia española de la UE en el primer semestre de 2010.
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