La continuidad de Ence en Asturias corre peligro.
Así lo advirtió el presidente de la empresa, Juan Luis Arregui: «Nuestra planta es la más moderna del mundo, la más eficiente, pero sigue siendo deficitaria; importamos unos 900.000 metros cúbicos de materia prima, y cada vez que pagamos a un barco para que nos traiga pasta, nos duele en el alma».
El motivo es que desde la empresa «calculamos que en Asturias hay 300.000 hectáreas de bosque sin utilización, abandonados, que no crean riqueza y se los come el fuego». Para ellos propone plantar «una parte de biodiversidad, con castaños y otras especies, y luego otra con eucaliptos, que es la madera más bondadosa». Para ello solicitó «impulsar la ordenación del territorio para extraer sus potencialidades». El ramal de Feve «da la oportunidad de crecimiento, pero ahora hay que aprovecharlo con este segundo paso», agregó Arregui.
El mensaje choca con la filosofía que Los Verdes implantan desde la Dirección General de Política Forestal. Desde ese puesto, Joaquín Arce viene aseverando que el eucalipto ha «alcanzado una presencia excesiva y debemos impedir su expansión». Arregui opone que si la multinacional invirtió 300 millones en la región fue «pensando que venimos a una tierra que puede entender nuestro negocio». Es un dinero que permite duplicar la capacidad de procesamiento de la planta y generar electricidad a partir de la biomasa capaz de abastecer a 170.000 hogares.
«Si no es por las autoridades asturianas, este proyecto no sale», señaló Arregui, en reconocimiento de los esfuerzos del Principado, que ha pugnado con Galicia para ganarse esas inversiones. Pese a todo, «si no hacemos nada con la ordenación del territorio, no tenemos viabilidad a corto plazo», alertó Arregui.
El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, aceptó el envite y señaló que «si somos capaces de actuar de forma racional, hay una gran oportunidad». El alcalde de Navia apostó por actuar en el Occidente «porque le costaría menos llevar la madera a la fábrica y para la comarca representa una enorme posibilidad de futuro», ya que «mil hectáreas bien aprovechadas pueden suponer 1,5 millones anuales de ingresos para su propietario».
García Palacios anotó que los ayuntamientos, como titulares de la mayor parte de los montes, «tenemos una gran responsabilidad»: «No puede ser que Asturias tenga 300.000 hectáreas de monte a matorral y que otras 270.000 hectáreas tengan un aprovechamiento maderero muy deficiente, mientras que sólo un tercio de la madera que entra a una planta como la de Ence en Navia es asturiana».
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