Unas 120.000 hectáreas de bosques de las comarcas de Girona y el norte de Barcelona han resultado muy perjudicadas por el temporal de nieve y viento de la semana pasada. Árboles caídos y daños en los caminos de las áreas forestales son las principales afectaciones apreciadas hasta el momento, pero no estarán cuantificadas económicamente hasta finales de esta semana. La evaluación de pérdidas está siendo especialmente compleja por las dificultades que tienen los técnicos para adentrarse en el bosque.
El conseller de Medi Ambient, Francesc Baltasar, dijo ayer que es consciente de que ante esta situación «hay que intervenir con rapidez, contundencia y eficacia»; el propósito es que la zona esté limpia antes de la campaña de incendios forestales de este verano, que empieza oficialmente el 15 de junio.
Como ya estaba anunciado, el Ejecutivo catalán adelantó ayer que abrirá líneas de ayuda para que los propietarios forestales privados puedan empezar a limpiar cuanto antes sus fincas. También presentó un plan de empleo –al que se podrán acoger los ayuntamientos– para promover la limpieza de bosques, lechos de ríos y espacios públicos.
BAJADA DE PRECIOS / El conseller Joaquim Nadal explicó que la dotación de estas líneas de ayuda será fijada en una orden o decreto de gobierno durante la reunión del Govern del próximo martes, y garantizó que se aportará todo el dinero que sea necesario para dar una respuesta adecuada a la emergencia.
Según el conseller, esta vez la zona afectada por el temporal es, a diferencia de lo que ocurrió con los vendavales del año pasado, de las «más avanzadas» en gestión forestal, y existe «una red de propietarios capaces de liderar la gestión sostenible»: personas acostumbradas a llegar a acuerdos y concertaciones con la Administración.
Con todo, el Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC) puso en duda la afirmación de Baltasar al apuntar que, pese a que no existe una información detallada por años sobre este tipo de episodios, todas las referencias disponibles coinciden en que, por regla general, las nevadas y los temporales de viento suelen tener efectos más perjudiciales en «espacios boscosos no intervenidos, procedentes de regeneración natural, densos y con un elevado estoc de madera».
El centro tecnológico considera que, tras la experiencia de los dos últimos años, ha llegado el momento de empezar a desarrollar una silvicultura activa que favorezca «un arbolado de mejor conformación», más sólido y resistente. Eso pasaría, indicó ayer el organismo en un comunicado, por reducir la densidad de árboles y fomentar la plantación de distintas especies.
Baltasar explicó también que se ha convocado ya a la Taula de la Fusta de Catalunya, en la que están representados productores de madera, fabricantes e intermediarios para dar salida a toda la leña que se recogerá durante las actuaciones previstas. Pese a ello, admitió, será inevitable que la madera no sufra un nuevo descenso de precios.
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