Para suplir la escasez de la producción natural, en las últimas décadas se ha puesto en marcha la truficultura, que permite su cultivo en zonas que reúnan ciertas condiciones geográficas, climáticas y agronómicas.
Al cultivo de este producto, como complemento a las actividades agrícolas tradicionales, se ha sumado la Diputación de Zamora. Aunque en la provincia aún no se ha localizado la trufa negra de forma natural, se considera que existen terrenos adecuados para ello. Conseguir el cultivo de esta especie en la provincia podría suponer «un gran impulso económico para el ámbito rural y el despegue definitivo de la micología en la provincia», según informan fuentes de la institución provincial.
La jornada dedicada a la plantación de encinas micorrizadas con trufa negra en Venialbo, organizada por la Diputación, en colaboración con el Ayuntamiento de Venialbo y el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta, contó ayer con la participación de 47 alumnos de los centros escolares de Venialbo, Sanzoles y Moraleja del Vino, quienes celebraron de este modo el Día Forestal Mundial.
Durante el desarrollo de la actividad, en la que estuvieron presentes los diputados provinciales de Agricultura y Medio Ambiente, los técnicos de la Diputación explicaron a los asistentes las características de la planta micorrizada y la importancia de su utilización en repoblaciones forestales.
En esta ocasión se ha realizado en Venialbo, en una parcela incluida dentro de la red provincial de parcelas experimentales de planta micorrizada. Cuenta con un total de 500 ejemplares de encina micorrizada con trufa negra, de tres años, plantados en una superficie de 8.000 metros cuadrados y con un marco de cuatro por cuatro metros. A lo largo de los próximos años se procederá a mantener la plantación mediante los oportunos riegos y pases de cultivador.
Actualmente, la red cuenta con un total de siete parcelas experimentales de planta micorrizada, tres de ellas con trufas en encinas (quercus ilex) y quejigos (quercus faginea), y las otras cuatro de pinos micorrizados con níscalo, y jaras, robles (quercus pyrenaica) y alcornoques (quercus suber) con boletus edulis.
Desde el 2005
La Diputación de Zamora y la Universidad de Valladolid firmaron hace cinco años un convenio dirigido a conseguir un aprovechamiento micológico sostenible en la provincia, materializado a través de un programa de investigación forestal.
Los dos proyectos que se investigaron en el primer año de vigencia fueron la influencia de la micorrización de plantas de quejico (carballo y rebollo) con la especie trufa negra y la de plantas de jara con boletus.
El interés del proyecto radicama en conseguir planta de quejigo micorrizada con trufa negra y comprobar su adaptación a las condiciones climáticas y de terreno de la provincia, ante la posibilidad de explotación como motor de desarrollo rural.
El proyecto más novedoso y con resultados más rápidos por el corto periodo de crecimiento de la jara fue el de micorrización de esta planta, muy abundante en la provincia, sobre todo en las comarcas del oeste, para conseguir inducir una producción regular de estos hongos comerciales y comestibles mediante su micorrización.
Menos espera
La producción de hongos en árboles forestales micorrizados de crecimiento lento se suele retrasar varias décadas, mientras que la micorrización de los arbustos reduce los ciclos de espera a periodos mucho más cortos. De este modo, la micorrización en jaras de boletus edulis puede llegar a producir hongos comestibles en un plazo aproximado de cinco años.
Con la propagación desde viveros de plantas de jaras micorrizadas, se pretende incrementar la producción de boletus de la provincia, al tiempo que se lucha contra los incendios que afectan en las comarcas de Aliste y de la Carballeda a extensas suferficies de jaras. Así, los jarales pasan a convertirse en terrenos de aprovechamiento económico en vez de ser considerados improductivos.
0 comentarios realizados :
Publicar un comentario