El Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino acaba de hacer pública su memoria correspondiente al año 2009 en la que dedica un importante apartado a los incendios forestales, sus causas y las terribles consecuencias que provocan en la flora y fauna de nuestro país.
Durante todo el 2009 se registraron en España 15.391 siniestros forestales, de los cuales 9.849 fueron conatos (cuando la superficie afectada es menor de una hectárea), mientras que 5.542 fueron incendios (los de una hectárea o más). El resultado de todos esos fuegos arrojó un resultado desolador. Más de 110.783 hectáreas de masa forestal fueron pasto de las llamas, a las que hay que sumar otras 39.528 de superficie arbolada.
Las condiciones meteorolígicas hicieron de julio el mes más negro del calendario de incendios del 2009. De hecho, ha pasado a la historia por ser el julio más cálido desde el año 1961. El riesgo de incendios se disparó debido a las altísimas temperaturas, más propias del mes de agosto, y la incidencia del viento.
De todos los siniestros forestales registrados en el 2009, el Ministerio elabora una lista, con la información facilitada al Área de Defensa por las comunidades autónomas, con los 34 incendios más graves, es decir, los que superaron las 500 hectáreas de superficie arrasada. Estos incencios suponen el 49,90% del total del territorio afectado por el fuego durante todo el año. Cuatro incendios denominados como «graves», que suman un total de 4.269 hectáreas arrasadas en León, situan a la provincia en el cuarto puesto en superficie quemada a nivel nacional, por detrás de Zaragoza (9.765 hectáreas), Teruel (9.756) y Almería (8.159).
El primero de estos incendios, cuyas consecuencias aún humean en la memoria de los vecinos de la localidades afectadas, y que perviven en las hemerotecas de los medios de comunicación por la tragedia de supusieron, se registró el 17 de julio en Castrocontrigo, por causas desconocidas, según la versión oficial, aunque todo apuntó a que pudo ser intencionado. En la extinción de este fuego, que finalmente arrasó 987 hectáreas, participaron cerca de 500 efectivos. El más grave del verano fue el registrado en la localidad berciana de Peranzanes. En este incendio, cuya cortina de humo se llegó a divisar desde el Principado de Asturias, se quemaron 2.066 hectáreas. En las labores para sofocar las llamas de este incendio, que según los investigadores fue provocado, participaron 624 militares de los Batallones de Intervención en Emergencias V, de León, y las dos secciones de la I, de Madrid, de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El mes de septiembre, el más trágico del 2009 para los montes leoneses, se registraron otros dos incendios graves, cuyas causas también apuntan a la intencionalidad, uno en Murias de Paredes, que arrasó 566 hectáreas, y otro en Benuza, en el que ardieron 650.
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