E. P. RODRÍGUEZ-SOMOZA / PONTEVEDRA
Día 06/08/2010
Doce días grabados a fuego en las retinas de los gallegos. Galicia, una de las regiones de España con más masa forestal, vivía del 3 al 15 de agosto de 2006 su verano más negro. En total 1.970 incendios; 86.232 hectáreas calcinadas, según datos del Centro Europeo de Información Forestal; cuatro muertos y un herido grave. Este es el motivo de que la actual Xunta de Galicia no haya dudado ni por un momento en establecer un dispositivo especial que ha evitado que en este 2010, el más caluroso que se recuerda desde 1970, se repitieran imágenes como las que dejó aquel año.
No obstante, las altas temperaturas — el día 29 de julio en el sur del interior los termómetros llegaron a marcar los 40 grados—, nada comunes a la climatología gallega si bien propias de la época estival, no admiten tregua, y era previsible que los temidos incendios sorprendieran tarde o temprano. Las patrullas de las Fuerzas Armadas que participan en la «Operación Centinela Gallego» para la vigilancia y prevención de incendios en la Comunidad han dado aviso, desde su activación el pasado 1 de julio, de un total de 64 fuegos, 49 incendios y 15 quemas de rastrojos. Bajo la dirección del general jefe de la Brigada de Infantería Ligera Galicia VII, el balance de este cálido verano es a día de hoy más que positivo, sobre todo si se comparan las cifras con las del pasado 2006.
No cabe duda de que el despliegue de los 300 militares de los tres ejércitos, con unidades de la Brilat patrullando las provincias de Pontevedra y Lugo; de la Brigada Acorazada Guadarrama XII (Madrid) y Regimiento de Caballería Farnesio en Ourense; y el Tercio Norte de Infantería de Marina, con sede en Ferrol, cuya zona de acción es la provincia de La Coruña, ha tenido una buena aceptación por parte de los ciudadanos, no sólo por la labor de vigilancia que ejercen, sino por el efecto disuasorio que suponen, siempre en colaboración con las autoridades civiles y los servicios del Gobierno autonómico.
«El fuego no es un instrumento de trabajo sino un desastre ecológico». Con estas palabras Samuel Juárez, conselleiro de Medio Rural, apelaba hace unos días a la conciencia ciudadana para «reducir entre todos las causas de intencionalidad en los incendios». Él mismo reconocía que el mes de julio fue complicado, «el tiempo está siendo difícil, hay sobre todo mucho viento, del nordeste, lo que complica la labor de los profesionales que vigilan los montes».
Queda claro que las temperaturas no acompañan, como también que a prioriparece que Galicia está blindada ante cualquier imprevisto en cuanto a personal y vigilancia se refiere. También se implica la Fiscalía, que el próximo lunes entregará a la Xunta un estudio sobre el perfil del incendiario en la Comunidad gallega, con el objetivo de incrementar los conocimientos en esta materia, y ser así «más eficaces en su lucha», tal y como anunciaba el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela.
Agosto delicado
Activada la alerta por alto riesgo de incendios, estos primeros días de agosto están siendo especialmente delicados. Estrenaba el mes un incendio declarado en un monte de la parroquia de Lañas , que ardía próximo a unas viviendas el pasado día 2. Dos horas más tarde quedaba apagado y controlado, con una superficie pequeña de zona quemada que solo afectó al bosque. Ya el miércoles, en una finca en el municipio coruñés de Outes, en la parroquia de Santo Ourente de Entíns, se daba aviso de un nuevo fuego a las 16.44 horas. Hasta el lugar no tardaron en desplazarse miembros del Servicio de Prevención y Defensa contra los Incendios Forestales, quienes durante las labores de extinción se encontraron, en la vivienda anexa, el cuerpo de una sexagenaria, por lo que dieron aviso a la Guardia Civil. Sobre este hecho aislado, del que se desconocen las causas y no han trascendido detalles, efectivos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la localidad coruñesa de Noia informaron ayer de que siguen recabando pruebas en la investigación.
Extinguido también ha quedado el incendio forestal que afectó a unas 20 hectáreas de monte en el término municipal ourensano de Carballeda de Valdeorras. Según ha informado la Consellería do Medio Rural, el incendio se declaró en la parroquia de Santa María a las 17.40 horas del miércoles y se dio por extinguido a las 12.17 horas de ayer. Las primeras estimaciones provisionales apuntan que la superficie afectada por el fuego asciende a unas 20 hectáreas, es decir, 0,20 kilómetros cuadrados, de las cuales 14 son de monte raso y seis de arbolado.
Y a las 4.40 horas de ayer los efectivos de la Xunta de Galicia daban por controlado el incendio forestal declarado en la zona de Ardán, en el municipio pontevedrés de Marín. Desde que el fuego comenzó a las 19.40 horas del miércoles permanecieron en el lugar cuatro agentes forestales, 16 brigadas y seis motobombas junto con efectivos del Municipal de Intervención Rápida (Grumir) de Marín.
El último se registraba en la tarde de ayer a las 16.00 horas en un lugar próximo al barrio del Ventorillo, al lado del asentamiento chabolista de Penamoa en La Coruña. El fuego afectó a una zona de monte bajo y las llamas quedaron totalmente extinguidas sobre las 17.40 horas, tras los trabajos realizados por los servicios de extinción de incendios del Ejecutivo autonómico.
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