La mitad de los bosques británicos gestionados por el Gobierno podría ponerse a la venta a lo largo de los próximos años con el fin de recaudar fondos para afrontar los drásticos recortes presupuestarios. El Ejecutivo de David Cameron prevé reducir a la mitad las 748.000 hectáreas de bosques que dependen de la Comisión Forestal, una agencia estatal dedicada a su preservación, según informó ayer «The Sunday Telegraph». Las ventas podrían afectar también a los considerados «bosques viejos», como el de Sherwood, donde se localiza la leyenda de Robin Hood.
El Ministerio de Medio Ambiente tiene que reducir en un 30% su presupuesto anual de 3.450 millones de euros en el horizonte de 2015. Los bosques estatales fueron valorados en casi 3.000 millones de euros a finales de los años 90. El tercio de la venta se haría en esta legislatura y el resto en la siguiente.
La controvertida medida procurará que las iniciativas privadas que opten a compra de bosques contemplen el mayor respeto posible de las masas forestales, con proyectos como parques, lugares para vacaciones y deportes de aventura. Pero probablemente la legislación será cambiada para permitir que los nuevos propietarios talen árboles en gran escala, lo que permitirá otros proyectos como campos de golf y centros comerciales a las afueras de localidades.
Entidades dedicadas a la protección del medio natural han pedido al Gobierno que en los contratos de venta se vele por mantener el acceso público a esos espacios verdes. Pero el propio Ministerio de Medio Ambiente reconoce que esto no siempre será posible, lo que ha sido criticado por los sindicatos.
«Una vez vendida la tierra, las restricciones de acceso inevitablemente serán establecidas. En la actualidad una gran cantidad de gente goza de los bosques, de los que se sienten propietarios. Es parte integral de la sociedad», advirtió Allan MacKenzie, líder sindical de los empleados en la Comisión Forestal.
En opinión del director de la Real Sociedad para la Protección de los Pájaros, «el Gobierno cree que no es tarea del Estado ponerse a hacer crecer árboles, pues eso es algo que personas privadas pueden convertir en medio para ganarse la vida, pero es que la Comisión Forestal no hace sólo eso. Una parte importante de su trabajo es cuidar la naturaleza y los paisajes». Leyes que afectan al cuidado de los bosques tienen una larga tradición en el Reino Unido y aparecen en la Carta Magna de 1215.
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