3/10/2010 00:00 / Pilar Alonso Vegalloba (nava)
Es hasta un 50 por ciento más barata que los combustibles habituales como el gasoil y no contamina. Es la biomasa procedente de los residuos forestales, que una vez astillados, calibrados y secados se convierten en una fuente de energía verde de la que ya se abastecen grandes industrias, equipamientos públicos y, aunque menos, particulares.
De este proceso se encarga en Asturias una única planta, la que Agroforestal Nava ha instalado en Vegalloba y en la que mensualmente se procesan 4.000 metros cúbicos de astillas, aunque la factoría tiene capacidad para generar 10.000 metros cúbicos.
Su destino, entre otros: la térmica de Navia, el Hospital del Oriente, en Arriondas, la sede de la Mancomunidad de la Sidra o el colegio público de Nava, enumeraba ayer el director comercial de la compañía, Benigno Mortera para quien ahora el reto está en implantar calderas de biomasa en las viviendas.
Y es que “la biomasa es mucho más barata que el gasoil y además no contamina”, explicaba. Tanto que “una tonelada de astillas que cuesta entre 90 y 100 euros equivale a 300 litros de gasoil”, añadía por su parte otro de los socios, Juan Ordoñez.
Pese a todo, “la biomasa sigue siendo una gran desconocida”, lamentaban. Ese fue uno de los motivos por el que ayer decidieron organizar una jornada de puertas abiertas en la planta de Vegalloba en la que informaron de los beneficios de la biomasa con el objetivo lograr en un futuro que el uso de calderas de biomasa comience a generalizarse en España, como sucede en otros países de Europa como Italia, donde ya existen 750.000 calderas.
Asimismo, los responsables de la planta, en la que se han invertido 1,5 millones de euros y en la que trabajan 23 operarios, mostraron como es el proceso y cómo es posible que una montaña de astillas es capaz de generar electricidad o de calefactar un gran edificio.
El proceso parece sencillo. La madera procede de residuos forestales que de otra manera no tendrían aprovechamiento como “los que generaron las riadas del pasado mes de junio”. Una vez en la planta, los troncos se transforman en astillas, se calibran, ya que no todas sirven para todo tipo de calderas, y se secan antes de partir a su destino. Todo un proyecto ejemplar de economía sostenible en un sector estratégico en la comarca de la Sidra como es el forestal.
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