«Un palo muy grande para los propietarios forestales del sur de Galicia». Así valora el director de la Asociación Forestal de Galicia, Francisco Dans, el brote de nematodo del pino confirmado a principios de este mes en As Neves.
La noticia es mala no solo por la cuarentena en el área afectada, y todo lo que conlleva de inmovilización y quema de madera, sino porque además constata que los protocolos de control, operativos desde hace dos años en Galicia y anteriores en otras comunidades, no han funcionado como debieran y la plaga ha saltado inexorablemente desde Portugal a Extremadura, Castilla y León, y ahora Galicia.
Hoy toca los montes del sur, las comunidades vecinales gallegas que más invirtieron en plantar pinos del país. Y agrava los problemas de comercialización de la principal especie forestal de Galicia, con tres veces más superficie que el eucalipto, según el último inventario. Además, desde hace dos años arrastra precios y demanda bajos por la caída del aserrado y fabricación de tablero.
«Temíamos su llegada -explica Dans-, es difícil ponerle barreras porque afecta a las relaciones comerciales de los países y avanzó por todo el pinar portugués. Ahora alcanza una dimensión europea, dado que hay un corredor de pinos continuo en el continente». Mañana, la Consellería de Medio Rural abordará con el sector forestal una crisis que ya ha dado un «fogonazo», como así se han denominado los primeros síntomas del ataque del gusano al árbol: amarilleo y posterior marchitamiento de las acículas en la parte superior del pino, que luego se extiende a todo el árbol hasta que muere.
Mañana se conocerán las nuevas medidas, más exigentes, que adoptarán las autoridades y se analizarán los fallos del actual plan. No era extraño ver a los agentes de Medio Rural parando los camiones cargados con pino importado de Portugal en el puente internacional sobre el Miño. «El bicho viaja a lomos de un insecto perforador muy común, el Monochamus galloprovinciales, pero también en vehículos, botas, material forestal... Es muy complicado pararlo pero sí es cierto que, mientras la industria estaba más informada, los propietarios forestales no sabían lo suficiente sobre las medidas preventivas», argumenta Dans. El gusano se adelantó a una jornada técnica en Lourizán, convocada para el 12 de enero con el fin de analizar las medidas de erradicación.
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