Naciones Unidas eligió el año 2011 como el Año Internacional de los Bosques, que comienza de forma oficial el próximo lunes 24 de enero, y durante el cual se anunciarán nuevas iniciativas de restauración del entorno forestal en todo el mundo. SINC repasará en los 12 próximos meses la situación de los bosques españoles que ocupan menos del 26% del territorio nacional.
El próximo 24 de enero y hasta el 4 de febrero, la ONU dará en Nueva York (EE UU) el pistoletazo de salida al Año Internacional de los Bosques, durante el que se evaluará el valor económico de los bosques y las acciones a tomar para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Año de los Bosques surge con el objetivo de “celebrar el papel de los hombres en la gestión y conservación de la masa forestal”. Doce meses para demostrar que el ser humano es capaz de recuperar los ecosistemas tan “esenciales” para el mantenimiento de la vida y que tan dramáticamente se están degradando.
“Son el aire que respiramos, el alimento, el agua y las medicinas que necesitamos para sobrevivir, la variedad de la vida en la Tierra, el clima que conforma nuestro presente y futuro, todo ello depende de los bosques”, ha señalado Julia Marton-Lefèvre, directora general de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
2011 debe ser el año en que el mundo reconoce “la importancia vital” de la salud forestal para la vida en la Tierra para la gente y la biodiversidad. La celebración de los bosques durante el año permitirá aumentar la concienciación sobre los beneficios de la salud de los bosques en la población y en la naturaleza.
Los bosques en España
Según un informe de WWF España, los bosques españoles están “muy degradados” y alterados, a pesar de que la superficie de espacios protegidos ha aumentado “considerablemente” en la última década. “El 47,6% de los bosques ibéricos-baleáricos y el 87% de los canarios están incluidos en espacios de la red Natura 2000”, apuntan los ecologistas.
Sin embargo, sólo el 1% de los hábitats españoles está en un estado de conservación favorable. Además, apenas el 13% de la superficie forestal cuenta con planes de gestión, “prácticamente inexistentes” en los espacios de la red Natura 2000. Carrascales, carballeiras y robledales ibéricos, junto a las formaciones canarias de sabinares, están “casi en extinción”.
El Mapa de Paisajes Vegetales Potenciales elaborado por la organización ecologista y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) demuestra que las unidades ambientales en España están lejos de su “óptimo ecológico”. “El 39% del territorio español apenas conserva el 14% cubierto de bosques, y en otro 51% los bosques que se conservan no llegan al 35%”, recoge el mapa.
Entre las principales amenazas que acechan a las masas forestales de la Península Ibérica destacan, entre otros, la fragmentación del hábitat, la construcción de infraestructuras, la expansión urbanística, la erosión, la ganadería, la agricultura, y el cambio climático, que incrementa el riesgo extremo de incendio en un país en el que ya arden cerca de 120.000 hectáreas de superficie forestal al año.
Según el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), durante los últimos 10 años, en España ha habido, de media, 18.626 incendios forestales, lo que implica una superficie quemada de 123.441 hectáreas anuales de media, y que generan unas emisiones de CO2 comparables a las que emite una ciudad española de un millón de habitantes.
El año 2011 es la oportunidad para aumentar la protección de los bosques en todo el mundo y buscar un modelo económico que promueva la recuperación de los bosques y la puesta en valor de los productos forestales. Las políticas deben generar así una “fiscalidad justa” con los bosques, y la economía debería ser compatible con la conservación de la naturaleza.
“Los productos forestales deberían estar en un primer plano pagando menos impuestos”, recalca Félix Romero, responsable del Programa de bosques de WWF España. Porque para la sociedad es “más beneficioso” consumir productos ecológicos que productos contaminantes.
El Año de los Bosques surge con el objetivo de “celebrar el papel de los hombres en la gestión y conservación de la masa forestal”. Doce meses para demostrar que el ser humano es capaz de recuperar los ecosistemas tan “esenciales” para el mantenimiento de la vida y que tan dramáticamente se están degradando.
“Son el aire que respiramos, el alimento, el agua y las medicinas que necesitamos para sobrevivir, la variedad de la vida en la Tierra, el clima que conforma nuestro presente y futuro, todo ello depende de los bosques”, ha señalado Julia Marton-Lefèvre, directora general de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
2011 debe ser el año en que el mundo reconoce “la importancia vital” de la salud forestal para la vida en la Tierra para la gente y la biodiversidad. La celebración de los bosques durante el año permitirá aumentar la concienciación sobre los beneficios de la salud de los bosques en la población y en la naturaleza.
Los bosques en España
Según un informe de WWF España, los bosques españoles están “muy degradados” y alterados, a pesar de que la superficie de espacios protegidos ha aumentado “considerablemente” en la última década. “El 47,6% de los bosques ibéricos-baleáricos y el 87% de los canarios están incluidos en espacios de la red Natura 2000”, apuntan los ecologistas.
Sin embargo, sólo el 1% de los hábitats españoles está en un estado de conservación favorable. Además, apenas el 13% de la superficie forestal cuenta con planes de gestión, “prácticamente inexistentes” en los espacios de la red Natura 2000. Carrascales, carballeiras y robledales ibéricos, junto a las formaciones canarias de sabinares, están “casi en extinción”.
El Mapa de Paisajes Vegetales Potenciales elaborado por la organización ecologista y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) demuestra que las unidades ambientales en España están lejos de su “óptimo ecológico”. “El 39% del territorio español apenas conserva el 14% cubierto de bosques, y en otro 51% los bosques que se conservan no llegan al 35%”, recoge el mapa.
Entre las principales amenazas que acechan a las masas forestales de la Península Ibérica destacan, entre otros, la fragmentación del hábitat, la construcción de infraestructuras, la expansión urbanística, la erosión, la ganadería, la agricultura, y el cambio climático, que incrementa el riesgo extremo de incendio en un país en el que ya arden cerca de 120.000 hectáreas de superficie forestal al año.
Según el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), durante los últimos 10 años, en España ha habido, de media, 18.626 incendios forestales, lo que implica una superficie quemada de 123.441 hectáreas anuales de media, y que generan unas emisiones de CO2 comparables a las que emite una ciudad española de un millón de habitantes.
El año 2011 es la oportunidad para aumentar la protección de los bosques en todo el mundo y buscar un modelo económico que promueva la recuperación de los bosques y la puesta en valor de los productos forestales. Las políticas deben generar así una “fiscalidad justa” con los bosques, y la economía debería ser compatible con la conservación de la naturaleza.
“Los productos forestales deberían estar en un primer plano pagando menos impuestos”, recalca Félix Romero, responsable del Programa de bosques de WWF España. Porque para la sociedad es “más beneficioso” consumir productos ecológicos que productos contaminantes.
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