En los últimos diez años siete mil ejemplares de especies amenazadas han muerto en España por causa directa de cebos envenenados: siete osos pardos, 40 quebrantahuesos, 114 águilas imperiales, 348 alimoches, 168 águilas reales, 638 buitres negros, 2.355 milanos reales negros y 2.146 buitres leonados, entre ellos.
La situación del milano real es «dramática»: el veneno ha sido el causante de una pérdida de alrededor del 50% de la población reproductora, explica a Efe el director de Medio Natural y Política Forestal del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino José Jiménez García.
El veneno es, además, el segundo factor de mortalidad en el águila imperial ibérica, provocando, incluso, su desaparición en lugares como Almadén, Valle del Tiétar y parte de la población de Doñana, subraya Jiménez.
En los años 90 hubo un repunte del veneno ligado a la actividad cinegética, sin embargo en la actualidad el empleo de éste crece vinculado a la ganadería y, sobre todo, en las áreas de expansión del lobo, afirma el director de Medio Natural.
Planes autonómicos
Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León ya han aprobado planes de lucha contra el veneno, mientras que el resto de comunidades trabaja en la elaboración de protocolos dentro del proyecto Life+veneNo.
Hasta el momento, se han dictado 29 sentencias condenatorias por el uso ilegal de veneno (cinco de ellas en los últimos tres años) y se han instruido, al menos, 79 expedientes administrativos que incluyen medidas recuperadoras, sancionadoras y de penalización. Y más de 4.500 agentes (forestales, medioambientales o del Seprona) y técnicos han recibido formación específica sobre actuaciones legales en casos de envenenamiento.
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