Foto: Noticias Forestales |
"Los bosques son parte de la infraestructura natural de cualquier país y son esenciales para el ciclo del agua -indicó Eduardo Rojas-Briales, Subdirector General del Departamento Forestal de la FAO, antes del Dia Mundial del Agua, de las Naciones Unidas, que se celebra el 22 de marzo en este año-. Reducen los efectos de las inundaciones, previenen la erosión del suelo, regulan las capas freáticas y aseguran un suministro de agua de alta calidad para la población, la industria y la agricultura."
Los bosques, por lo general, son una óptima cubierta vegetal para las cuencas de captación que suministran agua potable. Las cuencas hidrográficas forestales proveen una gran parte del agua que satisface las necesidades domésticas, agrícolas, industriales y ecológicas. "La gestión del agua y la de los bosques están estrechamente vinculadas y necesitan soluciones normativas innovadoras que tengan en cuenta la índole transversal de estos vitales recursos -afirma Jan McAlpine, Director de la Secretaría del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques-. El Año Internacional de los Bosques 2011 ofrece una plataforma incomparable para crear conciencia de cuestiones como el nexo entre el agua, los suelos y los bosques, que repercute directamente en la calidad de la vida de la población, en sus medios de subsistencia y en su seguridad alimentaria."
Es más, los bosques y los árboles contribuyen a reducir los riesgos asociados al agua, como los deslaves, las inundaciones locales y la sequía, y ayudan a prevenir la desertificación y la salinización.
Hoy en día, por lo menos una tercera parte de las ciudades más grandes del mundo, como Nueva York, Singapur, Yakarta, Río de Janeiro, Bogotá, Madrid y Ciudad del Cabo, extraen una considerable porción de su agua potable de zonas forestales. Las cuencas forestales de captación, bien aprovechadas, pueden ofrecer por lo menos una solución parcial a los municipios que necesitan más agua o un agua más limpia.
Impulso a los bosques y el agua
Es consabido que una planificación forestal y prácticas de gestión prudentes pueden influir en el agua que utilizan los bosques y reducirla, por ejemplo plantando las especies convenientes de árboles. Los países están fortaleciendo sus políticas y las actividades de sus proyectos para incrementar las superficies forestales a fin de proteger los suelos y el agua.
El 8% de los bosques del mundo tienen como principal objetivo la conservación del suelo y el agua. Si bien cada hectárea de bosque hace una gran contribución a la regulación de los ciclos del agua, en el mundo hay unos 330 millones de hectáreas de los bosques del mundo destinadas a la conservación del suelo y el agua, control de aludes, estabilización de dunas, lucha contra la desertificación o protección costera. Esta superficie aumentó 59 millones de hectáreas de 1990 a 2010 y hoy representa el 8% de la superficie forestal del mundo. El aumento reciente se debe en gran parte a la plantación en gran escala realizada en China con fines de protección.
En años recientes han cobrado atención internacional los temas relacionados con la interacción entre los bosques y el agua. Entre 2008 y 2010 se organizaron muchas conferencias y actividades al respecto, con perspectivas diferentes de las cuestiones de los bosques y el agua (p. ej., la gestión integrada de las zonas de captación de aguas y la función de los bosques en la precipitación). A partir de los resultados de esas reuniones se está elaborando un conjunto de medidas prácticas en materia de bosques y agua, para los encargados de elaborar las políticas y los técnicos.
También prosigue el trabajo de los proyectos, particularmente para los ríos transfronterizos. Un ejemplo muy destacado es el Proyecto de gestión integrada de los recursos naturales del altiplano de Fouta Djallon, en el África occidental.
Este proyecto decenal, con la colaboración del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, ejecutado conjuntamente por la FAO, el PNUMA y la Unión Africana, cuenta con la participación de ocho países: Gambia, Guinea, Guinea Bissau, Malí, Mauritania, el Níger, el Senegal y Sierra Leona.
En el altiplano de Fouta Djallon nacen diversos ríos internacionales, entre los que destacan el Gambia, el Níger y el Senegal. La agricultura trashumante y la tala de árboles para producir carbón dieron lugar a una gran deforestación y agotaron los recursos hídricos de la zona. Para mejorar los medios de subsistencia locales y los recursos de aguas, el proyecto tiene como objetivo garantizar la conservación y la gestión sostenible de los recursos naturales a través del restablecimiento de la cubierta forestal.
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