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Entrevista a Miguel Ferrer, científico del CSIC, presidente de la Fundación Migres e investigador de la Estación Biológica de Doñana
Pregunta: ¿Por qué migran las aves?
Respuesta: Es una respuesta a la situación del clima y por tanto a la variación estacional de los recursos. Se mueven hacia el norte o hacia el sur en función de la disponibilidad de recursos cambiantes a lo largo del año. La migración es por tanto una respuesta a la intensidad de los cambios y esta intensidad disminuye conforme uno se acerca al ecuador.
P: ¿En qué porcentaje lo hacen?
R: Depende de la latitud a la que nos movamos. En general, el porcentaje de aves migratorias disminuye hacia el ecuador y aumenta conforme nos movemos hacía el polo norte o hacia el polo sur. Especies que son sedentarias en la península ibérica, pueden ser migratorias en Noruega.
P: ¿En qué épocas del año?
R: Básicamente hay dos movimientos: desde el hemisferio norte lo que hacen es moverse para evitar los hielos bajando hacia el sur del continente europeo durante el invierno o las migraciones transaharianas que aprovechan la disponibilidad de alimentos entre los dos lados del ecuador.
P: ¿Qué rutas utilizan?
R: Hay una serie de rutas importantes en el planeta. Tenemos la fortuna de estar situados en una de las más importantes: la del Estrecho de Gibraltar. En el caso del continente europeo el paso del Bósforo y del Estrecho prácticamente se dividen por la mitad las poblaciones de aves migratorias europeas
P: ¿Cómo se orientan?
R: Depende de la especie. Hay todo tipo de sistemas de orientación: algunas se orientan por campos magnéticos y otras por señales en el suelo. Se ha demostrado, además, que algunas especies son capaces de seguir infraestructuras humanas para orientarse durante sus movimientos migratorios.
P: ¿Van y vuelven siempre a los mismos lugares?
R: Eso es lo que pensábamos. Ahora sabemos, sobre todo desde que se utilizan sistemas de rastreo más precisos como seguidores satelitales, que los errores ocurren en las primeras migraciones. Los jóvenes que han nacido por ejemplo en Europa y realizan su primera migración hacia el otro lado del Sahara no están exentos de cometer errores. Ocurren a menudo. En la medida en que van cumpliendo años y tienen más experiencia, los errores son menos
P: ¿Migran todas las aves de una misma especie?
R: No necesariamente. Está lo que se conoce como migración parcial. Para que nos hagamos una idea, si seguimos en Europa el recorrido de una especie como el ratonero común, una rapaz muy habitual en el continente europeo, las poblaciones más al norte son estrictamente migratorias. Sin embargo, conforme se va moviendo hacia el centro de Europa, hay individuos de la población que emigran y otros no. En el sur, en España por ejemplo, son prácticamente sedentarias.
P: ¿La península ibérica es un área de paso y de residencia de las aves?
R: La península ibérica es un lugar privilegiado en lo que se refiere, en general, a la biodiversidad y, en particular, al fenómeno de la migración de aves. Sólo por el Estrecho de Gibraltar pasan más de treinta millones de aves todos los años de 360 especies diferentes. Gracias al programa puesto en marcha por la Fundación Migres “Moonwatching” ¿cuántas de ellas migran de noche? y, por tanto, ¿cuántas de ellas no vemos?, podemos afirmar que hay varios centenares de millones de aves migratorias que cruzan la península ibérica cada año.
P: ¿El cambio climático está afectando al fenómeno migratorio?
R: Si. Las aves migratorias están respondiendo al cambio global y al cambio climático en particular, variando sobre todo sus fechas de paso e incluso su comportamiento migratorio. En los últimos años se ha podido comprobar que muchas especies que antes eran migratorias han dejado de serlo por el incremento de las temperaturas. El origen de la migración es justamente aprovechar la alta disponibilidad de elementos en climas muy estacionales. En la medida en que los inviernos se vuelven más cálidos en Europa, muchas de las especies que antes eran estrictamente migratorias comienzan a presentar un porcentaje creciente de individuos sedentarios porque las condiciones se lo permiten.
P: ¿A qué especies migratorias está afectando el cambio climático?
R: A casi todas. Lo que pasa es que algunas de ellas tienen una respuesta más contundente. Es bien conocido el caso de la cigüeña blanca que ha dejado de migrar prácticamente en la parte sur de la península ibérica y se ha convertido en un personaje habitual durante los inviernos, dejando sin sentido aquel refrán de “Por San Blas la cigüeña verás”. Lo mismo ocurre con el águila calzada o el águila culebrera.
P: Estas alteraciones, ¿están afectando a la salud y la economía humanas? Si es así, ¿en qué aspectos?
R: Si y por dos motivos. Las aves en sí mismas tienen influencia sobre nuestro bienestar y nuestra economía porque son consumidoras de semillas y de insectos. Tienen un papel muy importante en la regulación del daño que los insectos puedan hacer en cosechas, además de un papel fundamental en el transporte de otros seres vivos, algunos de ellos beneficiosos para nosotros. En la medida en que el movimiento migratorio cambia, muchas de las situaciones de nuestro entorno también lo hacen. De todas formas, no hay que tener una visión dramática. La migración y la distribución de seres vivos en el planeta han cambiado a lo largo de la historia. Aunque sí nos ha de servir para ser capaces de predecir y prever cuáles son los futuros escenarios para poder adaptarnos a ellos. En este sentido, las aves migratorias son un magnífico indicador de lo que nos espera en el futuro.
P: El Estrecho de Gibraltar es uno de los referentes mundiales en las rutas migratorias ¿Cómo está afectando el cambio climático?
R: El Estrecho es un buen faro para divisar el futuro del Estrecho de Gibraltar y aquí es donde se están dando cambios muy importantes tanto en fenología que es como llamamos a las fechas de aves de paso. Ha habido cambios que desde el punto de vista de la migración de aves son muy importantes: adelantos en las fechas de paso: adelanto de 10 en menos de 30 años es una velocidad bastante importante para la velocidad con la que suelen cambiar estas cosas.
P: ¿Hay otros aspectos, además del cambio climático que estén afectando a la migración?
R: Por supuesto. La forma en que cambiamos el uso del suelo y el uso agrícola que damos: los cambios en la política agrícola, el tipo de cultivo y la forma de hacerlo también afectan a las aves migratorias. Lo que se percibe es el resultado de una mezcla de diferentes efectos incluidos el cambio climático.
P: ¿Se están diseñando estrategias de adaptación para recomponer la situación?
R: Darnos cuenta que la biodiversidad se mueve rápido en el tiempo y en el espacio ha hecho que nos planteemos como uno de los mayores desafíos para el futuro lo que suponen políticas como las que hemos utilizado para la conservación y gestión de la biodiversidad. Políticas que tradicionalmente hemos utilizado como respuesta, como la declaración de parques naturales que nos parecían claramente suficientes para la conservación de la biodiversidad, se revelan ahora como insuficientes en un marco en que el dinamismo es mucho mayor de lo que pensábamos. Lo que significa que tenemos que replantearnos nuestras políticas de conservación y gestión de la biodiversidad y convertirlas en algo mucho más dinámico.
P: La preocupación de científicos y expertos por las consecuencias del cambio climático es evidente pero, ¿lo es también para los políticos?
R: Entiendo que sí. No solamente desde el punto de vista político. La administración pública es el principal contribuyente al mantenimiento del programa Migres en el Estrecho. Aunque también es interesante señalar el interés por parte de la sociedad civil. En la actividad de la Fundación Migres en el Estrecho participa, además de la Administración, muchas empresas privadas lo que demuestra la preocupación cada vez mayor por un mundo saludable en el que vivir.
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