20 junio 2011

La Junta de Andalucía destina más 20 millones de euros en la lucha contra la erosión

visto en que.es

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía desarrolla diferentes actuaciones forestales destinadas a frenar la erosión y la pérdida de suelo, en concreto, realiza un total de 25 obras, algunos de los cuales desde 2009 y se prevé que sean terminados en 2014, sin prejuicio de iniciar nuevos proyectos con el mismo fin durante este periodo. Éstos cuentan con una inversión total de 21,5 millones de euros, de los que una partida de casi seis millones se invertirán este año.

En este sentido, según informan fuentes de la Consejería a Europa Press, algunos casos disponen del apoyo cofinaciador de la Unión Europea o el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino en su caso. Asimismo, a las obras de restauración de zonas incendiadas, prevención de incendios forestales, de hidrología y de diversificación del paisaje, que tienen el objetivo principal de favorecer el establecimiento y la conservación de las masas forestales para la conservación del suelo, cuya pérdida es una de las principales causas del avance de la desertificación; hay que añadir las más de cien actuaciones de tratamientos selvícolas y mejora de hábitat que repercutirán también de manera positiva para lograr los mismos fines.

Todas las actuaciones de desarrollan en el marco de uno de los diez objetivos del Plan Forestal Andaluz, luchar contra la desertificación y conservar los recursos hídricos, los suelos y la cubierta vegetal, que se integra en la vigente Adecuación del Plan para el horizonte temporal de 2015.

En este punto, hay que recordar que la desertificación supone la degradación de los suelos de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas adversas y que en última instancia puede conducir a condiciones de desierto.

Los factores que intervienen en estos procesos son naturales, relacionados fundamentalmente con la climatología y la geomorfología, y humanos, derivados de un incorrecto uso del recurso suelo y de los recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos.

Dentro de la complejidad que acarrea el proceso de desertificación, la erosión y el agua constituyen dos pilares cuya gestión está íntimamente implicada en la lucha contra su avance. Los terrenos forestales presentan, por lo general, pérdidas de suelo "bajas"; es decir, "inferiores a la cifra de 12 toneladas por hectárea al año". "Esto se debe a la cubierta vegetal que lo protege", resalta.

En este sentido, la vegetación forestal contribuye a disminuir las pérdidas de suelo en el conjunto de la comunidad andaluza, donde el 55 por ciento del territorio esta cubierto por vegetación forestal, por lo que se requiere aplicar una selvicultura multifuncional que deberá tener en cuenta esta restricción, de forma más patente mientras mayor sea la pendiente del terreno, y una gestión forestal sostenible que permita luchar contra la desertificación disminuyendo las tasas de erosión.

En este contexto, en la conmemoración internacional del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se ha celebrado este viernes, es importante destacar los trabajos que se desarrollan en Andalucía, encaminados al mantenimiento y conservación de las superficies forestales como herramienta para la prevención de la pérdida de suelo, sobre todo en las áreas afectadas por la desertificación o en situación delicada como las afectadas por un incendio forestal.

"81,25% CON NIVEL RIESGO ALTO Y FUERTE RIESGO"

En Andalucía, según el Diagnóstico de la desertificación en Andalucía realizado por Medio Ambiente en 2005, "más del 15 por ciento de las áreas forestales pueden desertificarse potencialmente, no incluyéndose por tanto las consideradas áreas de desertificación heredada, y en ellas, el nivel de 'riesgo alto' y de 'fuerte riesgo' a la desertificación afecta al 81,25 por ciento de la superficie", precisa.

Por otra parte, la permanencia de la población en el territorio y el mantenimiento del aprovechamiento de los recursos también juegan un importante papel en la lucha contra la desertificación. Para evitar el desarraigo entre población y territorio se hace necesario reactivar el tejido socioeconómico ligado al medio forestal para fomentar el desarrollo de sus poblaciones, siempre bajo el amparo de una gestión forestal sostenible que contemple como principales actuaciones, entre otras, el aumento de la producción forestal mediante la elaboración de Proyectos de Ordenación de Montes; las forestaciones, tratamientos selvícolas, la conservación de la biodiversidad mediante la mejora de las poblaciones de especies silvestres y sus hábitats; la defensa frente a los incendios forestales mediante la construcción y mantenimiento de cortafuegos, puntos de agua, vías de acceso y otras infraestructuras; el fomento del uso público y turismo rural mediante el acondicionamiento de los espacios naturales para satisfacer las demandas de ocio y disfrute de la sociedad.

Es aquí donde las otras 100 actuaciones que actualmente tiene en marcha la Consejería de Medio Ambiente a lo largo y ancho de todo el territorio andaluz, dedicadas a trabajos de mejora de masas forestales y los hábitats, cobran importancia en materia de lucha contra la desertificación y la sequía.

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