06 noviembre 2011

Nueva metodología de selección de pies con probabilidad de supervivencia tras un incendio forestal

visto en levante-emv.com

J. SIERRA, VALENCIA El departamento de Sanidad Forestal de la Generalitat Valenciana, en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia, ha desarrollado una metodología capaz de identificar, con un porcentaje de acierto de hasta el 70%, los pinos afectados por un incendio que sobrevivirán y cuáles morirán más tarde para convertirse en un vivero de plagas.

«Es una pena talar árboles que podrían sobrevivir, pero dejarlos en el monte y que después mueran es un riesgo para los árboles sanos», explica Eduardo Pérez-Laorga, responsable del departamento

«La idea de partida era disponer de una herramienta técnica para gestionar los arboles quemados o parcialmente quemados por incendios porque hasta ahora el único criterio era el de quien dirigía los trabajos», añadió.

Desde punto de vista de la sanidad vegetal, el pino carbonizado no genera problemas de plagas. «Los insectos que van a esta madera quemada no van a los pinos vivos. El problema son los árboles medio quemados que atraen a insectos que son oportunistas y que aprovechan la debilidad del arbolado para colonizarlos. Cuando su población aumenta se van a los árboles vivos y entonces es cuando realmente existe un riesgo. Pronto empiezan a caer árboles, a veces a cientos, que nadie esperaba que murieran.

¿Qué se hacía hasta ahora? «Pues de todo», explica Eduardo Pérez-Laorga. «Unos decían que había que tener un tercio de la copa verde para sobrevivir. Para otros bastaba que tuviera algo de verde para recibir el indulto».


Metodología
El proyecto de investigación se ha centrado en el pino carrasco (Pinus halepensis), que representa el 80% del arbolado forestal valenciano, y arranca en 2004 en el incendio de Serra, en la Calderona. Posteriormente se trabaja en el de Les Useres (l´Alcalatén), en 2007, y en el del Palancia en 2009 .
«Habilitamos parcelas de seguimiento marcando en cada zona unos 200 árboles parcialmente dañados por el fuego y otros 100 en una zona aledaña que se había librado del incendio y que nos servían como testigo».

Todos los árboles, sanos y enfermos, han sido inspeccionados individualmente cada 15 días, controlando 12 parámetros que podían servir para anticipar la muerte o supervivencia del arbolado.

El Instituto Agroforestal Mediterráneo de la Universidad Politécnica de Valencia, en colaboración con los técnicos de la conselleria, procesó estos datos estadísticamente hasta reducir a dos los parámetros que, si se cumplen, garantizan en un 70% la supervivencia del árbol: la altura a la que ha llegado el fuego en el tronco y la proporción de copa quemada. El indulto está servido.

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