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EUROPA PRESS. 09.02.2012
El aumento de la superficie forestal que viene de la mano del abandono del medio rural permite el crecimiento "generalizado" de las poblaciones de caza mayor en Andalucía, por lo que es "patente" que se está en una época de "bonanza" para esta actividad cinegética, que cada vez es "más accesible y asequible para los cazadores".
No obstante, este hecho contrasta "fuertemente" con el aparente declive que sufre el aprovechamiento de la caza menor, variable según especies y áreas, pero más o menos generalizada, según la información de la Consejería de Medio Ambiente, recogida por Europa Press. La misma causa principal que beneficia a las especies de caza mayor, perjudica a las de menor, asociadas a los hábitats agrícolas, resalta.
Además, apunta que hay otras causas que se suman a ésta, como la alteración de hábitos agrícolas, uso de fitosanitarios y epizootias entre otros.
Entendiéndose como superficie de caza la suma de la superficie de todos los terrenos cinegéticos para los que se tienen datos de caza de una especie determinada, se puede constatar que todas las especies de caza mayor en Andalucía están experimentando un aumento de la superficie en la que se cazan, y por tanto una expansión.
La especie que más territorio nuevo está ocupando cada temporada es el jabalí, cuya superficie de caza asciende a cerca de 2,5 millones de hectáreas, es a su vez la que se aprovecha en más terrenos cinegéticos.
En relación a la rapidez de expansión, es decir, al aumento relativo de superficie de caza, es la cabra montés la primera, con un crecimiento medio anual de la superficie del 20,4 por ciento, alcanzando más de 500.000 hectáreas en la temporada 2009/2010.
Sin embargo, precisa que tanto los datos de capturas totales como de superficie de caza hay que tomarlos con precaución, pues "no comprenden la totalidad de terrenos cinegéticos". Por ello, para obtener una estima más real de las tendencias del aprovechamiento cinegético, se deben utilizar estos datos de forma relativa. En concreto, son más fiables el rendimiento cinegético, esto es, ejemplares cazados por kilómetro cuadrado, o 100 hectáreas; y el porcentaje de superficie de caza respecto al total que suman los cotos con memorias entregadas en una temporada.
Las tendencias del rendimiento cinegético del ciervo, gamo, muflón y cabra montés son "negativas", pues se están cazando menos ejemplares por unidad de superficie de caza, lo que significa que el crecimiento general que experimentan estas especies se debe principalmente a la expansión territorial. En el caso del jabalí, aunque en las dos últimas temporadas el rendimiento disminuye, la tendencia es "positiva", por lo que el crecimiento de su aprovechamiento se explica tanto por la expansión como por un aumento de densidad.
Finalmente, el corzo experimenta también un aumento de rendimiento en las últimas temporadas, mayor que el de expansión, y por tanto el poco crecimiento de su aprovechamiento está principalmente asociado al de su densidad.
Consecuencias positivas y negativas
Esta tendencia creciente generalizada de las poblaciones de caza mayor en Andalucía es "una buena noticia" para los cazadores, gestores y propietarios, y para otras muchas personas que de una u otra manera lo disfrutan o les beneficia, según la Consejería de Medio Ambiente.
Sin embargo, resalta que las implicaciones que tiene en el conjunto del medio natural y rural son "complejas" y afectan de forma "desigual" según los diferentes intereses representados. Algunas consecuencias negativas pueden ser, por ejemplo, el aumento de daños a cultivos herbáceos y arbóreos y repoblaciones, mayor prevalencia de enfermedades y probabilidad de epizootias, saturación de la capacidad de carga de herbivoría, desaparición de la regeneración y de especies vegetales nobles, mayor riesgo de accidentes de tráfico y afección a la presencia de otras especies de interés cinegético y de conservación.
Por otro lado, indica que es "importante" para los responsables del aprovechamiento de la caza conocer la capacidad de carga de sus terrenos cinegéticos, para adecuar las cargas cinegéticas y ganaderas y optimizar dicho aprovechamiento. Por ello realiza en los planes técnicos de caza de los cotos andaluces una estimación de dicha capacidad, que a falta de un estudio más detallado aporta cifras aproximadas de la carga admisible en cada coto en función de su vegetación.
Igualmente, la Administración tiene el compromiso de velar por el buen estado de las poblaciones cinegéticas, evitando desequilibrios y fomentando un aprovechamiento ordenado y sostenible en el tiempo. La aprobación de los cupos en los planes técnicos de caza por parte de la Administración competente compromete a los titulares de los terrenos cinegéticos por su parte a alcanzar, sin sobrepasarlo, el número de ejemplares que deben extraer y a mantener las poblaciones controladas
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10 febrero 2012
El aumento de la superficie forestal permite el crecimiento "generalizado" de las poblaciones de caza mayor
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