Berga. (ACN).- Tanto el micólogo del Centro Tecnológico Forestal de Catalunya, Juan Martínez, como Josep Pintó, propietario del Solsonès, piden que se regule la recogida de setas, poniendo como ejemplo comunidades como la de Aragón, donde se paga por esta actividad.
Lo hacen coincidiendo con el inicio de la campaña de recogida, que tanto en el Pirineo de Lleida como en el Berguedà ha empezado hace unos días y las ventas pueden crecer a partir de este fin de semana. Los buscadores de setas profesionales indican que la campaña debería ser buena gracias a las lluvias de los últimos días pero señalan que con esto no basta para garantizar que sea un buen año.
Los bosques del Alt Solsonès han llegado a recibir la visita de unas 50.000 personas al año. La mayoría, concentradas durante la temporada de setas y, según el micólogo Juan Martínez, con un solo objetivo: "llenar los cestos". Martínez es investigador del Centro Tecnológico Forestal de Catalunya y ha participado en diferentes estudios que analizan el impacto del "fenómeno boletaire" en los bosques catalanes.
En declaraciones a la agencia ACN, el investigador del CTFC ha asegurado que "los catalanes no somos conscientes de que la mayoría de los bosques son privados" y "cuando vamos a buscar setas hacemos cosas tan extrañas como escondernos". Martínez considera "necesario" regular la actividad "para conciliar la parte lúdica y a veces económica con la protección y el futuro de los bosques".
El Centro Tecnológico Forestal de Catalunya considera que esta temporada de setas será "muy buena". Todo depende pero, "de las condiciones climáticas y de la lluvia que pueda caer durante este mes de septiembre y octubre". De momento, las setas se concentran en el Pirineo, en bosques altos, con abundante sombra y humedad. Según Martínez, "cada seta quiere un tipo de bosque". Por ejemplo: los níscalos quieren "bosques jóvenes, con árboles de unos quince años. Y las cepas, en cambio, nacen en bosques maduros, con árboles viejos de unos cincuenta años".
Que esta temporada puede ser buena en cuanto a las setas, ya se ha empezado a notar en los bosques del Alt Solsonès. La afluencia de buscadores de setas es cada vez mayor y, como cada año, ya ha abierto la caja de los truenos. Propietarios y micólogos reclaman la necesidad de conciliar la actividad de ocio con el negocio económico que representan las setas, así como con la propiedad privada y la protección de los bosques.
En Catalunya, el 85% de los bosques son privados y algunos de sus propietarios, como Josep Pintó, de Sant Llorenç de Morunys (Solsonès), reclaman una "recompensa económica para poder hacer una buena gestión de estos". "Con la ley en la mano", dicen, "las setas son de los propietarios de los bosques". Y por eso, los ven como una buena fuente de ingresos. Según Pintó, las setas pueden ayudar a "dar un valor económico a nuestras masas forestales".
La opinión de pagar para buscar setas la comparten micólogos y propietarios que, conscientes de la dificultad que ello supondría debido a la tradición setera de Catalunya, siguen reflejándose en el ejemplo de otras comunidades como Aragón o Castella y León, donde ya hay que pagar para poder llenar la cesta.
A favor y en contra
Desde la Penya Boletaire Berga, detectan elementos a favor y en contra en cuanto la regulación de la actividad. Luis Gonfaus, presidente de la Penya, ha expuesto que no están de acuerdo, en principio, porque se podrían crear conflictos de intereses como ocurre con los espacios privados de caza, donde acaban habiendo incendios intencionados. Además, señalan que es muy difícil de regular y controlar.
Sin embargo, si estuviera "bien elaborado y no fuera muy estricto, sin pasar del blanco al negro", podrían terminar apoyandolo para evitar los problemas que origina la gran afluencia de gente en los bosques. Gonfaus ha puesto como ejemplo las toneladas de basura que recogieron hace años en Puigventós, el Berguedà, con los consecuentes problemas que los desechos generan en los pastos.
Donde sí que esta actividad está más regulada es el Pirineo leridano. El Pont de Suert (Alta Ribagorça), mediante una normativa municipal que aprobó el Ayuntamiento el año pasado, obliga a los vendedores del mercado ambulante que hay en la entrada de la población a estar dados de alta en la seguridad social, a ocupar un espacio no superior a los 3 metros y tener limpio el espacio de venta. El espacio suele funcionar hasta principios de noviembre.
Alguna zona, como el municipio de Alins (Pallars Sobirà), sí tiene regulada la recogida de setas en los bosques municipales. Desde 1996 disponen de una ordenanza que obliga a los buscadores de setas a sacar un ticket en el Ayuntamiento o en algunos establecimientos turísticos de la zona para poder recoger sin ser multados. Cuesta 5 euros y da derecho a recoger hasta 15 kilos de setas por persona y día.
El Ayuntamiento aplicó esta ordenanza ante la avalancha de buscadores de setas en el bosque y las malas condiciones en que lo dejaban, con desechos. La ordenanza ha reducido la afluencia en esta zona.
Empieza la temporada
Sea como sea, la temporada ya ha comenzado aunque, en el Pirineo, se está retrasando un poco en comparación con otros años. Esto es lo que dicen tanto aficionados como profesionales de recoger setas. Domingo Zamora hace cuarenta años que se dedica a buscarlas y venderlas a pie de carretera, en El Pont de Suert, y ha explicado que todavía cuestan de encontrar.
Con todo, desde hace dos semanas recogen unos quince kilos cada día en lugares concretos que conocen. Tanto Domingo como su hijo, Sergio Zamora, van al Valle de Aran, donde el clima más frío y húmedo de esta zona hace que salgan antes. Ambos confían en que en dos semanas en empiecen a salir más. En plena temporada, esta familia de Pont de Suert mueve unos 1.000 kilos de setas diarios.
En cuanto al precio del níscalo, lo venden entre 25 y 30 euros el kilo cuando el año pasado lo vendían entre 30 y 35 euros. Sergio Zamora ha explicado que la crisis les ha llevado a rebajar el precio de la seta. Básicamente venden todas las setas que recogen a pie de carretera pero también sirven directamente a restaurantes o tiendas por encargo.
En el Berguedà, en cambio, la temporada se ha adelantado un poco respecto a otros años. Lo ha explicado uno de los buscadores de setas de la comarca, Pedro Lozano, señalando que "hace unas tres semanas que ha salido la seta". Sin embargo, advierte que "los primeros suelen salir picados debido a las temperaturas".
Lozano tiene parada en el mercado de Guardiola de Berguedà y ha asegurado a la ACN que el día 1 de septiembre "empezamos el mercado pero hasta que no llega la Diada la cosa no está en marcha". Este año, añade, hay 4 paradas a Guardiola, uno de los dos puntos de venta que hay en el Berguedà junto con el de Cal Rosal, donde hay algunos vendedores más y también de otros productos.
Según Lozano, hasta ahora se ha podido recoger níscalo, rebozuelos y llanega, pero "muy poca" en el caso de este último seta. Coincidiendo con el CTFC, el buscador de setas ha afirmado que "parece que la temporada ha de ser buena pero tengo visto de muchos años atrás que cuando salen muy pronto, a veces, no suele serlo tanto". Hasta que no esté la campaña en marcha, añade, "no se puede decir nada".
Los buscadores de setas ven con optimismo la temporada de este año porque ha llovido mucho durante el verano y desde más atrás, como es el caso de las nevadas del mes de marzo. En cuanto a las lluvias de agosto, Lozano ha señalado que hicieron surgir expectación porque "la primera luna fue tierna, nueva, y fue buena". En cambio, las últimas han sido en "luna vieja o menguante" y por eso ha podido decrecer un poco.
En cuanto a los buscadores de setas aficionados, que se desplazan a comarcas como el Berguedà y a menudo lo hacen del área metropolitana, Lozano ha afirmado que "años atrás, cuando empezaron, no encontraban nada y hoy día ya hace años que suben y no son profesionales como los de aquí pero van encontrando". Eso sí, si están dispuestos a meterse en el bosque, porque sino no las encuentran, según el buscador de setas.
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