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Saltillo, Coahuila.- Con menos de 100 días transcurridos, el 2011 es ya para Coahuila el peor año en cuanto a daños por incendios forestales.
Las 40.322 hectáreas afectadas hasta la noche de lunes es la cifra más alta desde 1996, según estadísticas de la Comisión Nacional Forestal. Y la afectación sigue en aumento toda vez que en Múzquiz, Acuña, Ocampo y Arteaga hay incendios que permanecen activos.
En todo 2010, la afectación fue de 4 mil 610.50 hectáreas, poco más del 10 por ciento de lo que va en el presente año.
Antes de 2011, el registro de mayor daño del fuego en zonas forestales de Coahuila correspondía al año 2006, cuando 151 incendios afectaron 24.475,41 hectáreas.
La diferencia entre el que por cuatro años fue la cifra más alta de daños y la nueva marca es considerable: 64.7 por ciento… y sigue en aumento.
Para que se disparara la superficie afectada mucho tienen que ver los incendios iniciados el 17 de marzo en Múzquiz, Acuña y Ocampo, lugares en los que hasta el lunes la afectación era de 38.750 hectáreas.
De hecho, tan sólo los incendios activos en El Bonito, La Sabina y Palos Blancos suman 38.750 hectáreas. Las dimensiones del daño son considerables ya que la superficie afectada supera la extensión total de los municipios de Allende y Sacramento, Coahuila.
Allende tiene una superficie de 19.870 hectáreas y Sacramento de 16.890 hectáreas.
Además, por sí mismos, los incendios en Múzquiz, Acuña y Ocampo –que siguen sin ser controlados debido a las dificultades que representan el viento y lo topografía del terreno– serían suficientes para que Coahuila alcanzara una nueva marca en daños causados por el fuego.
A esa cifra hay que sumar las mil 547 hectáreas que se habían registrado hasta antes del 17 de marzo y las 25 hectáreas afectadas en la Sierra de Arteaga.
El pasado fin de semana, el Gobierno del Estado estimó que el combate de los incendios en el norte de la entidad podría demorar hasta mediados de abril. De cumplirse el pronóstico, los incendios durarían casi un mes.
Por lo pronto, las acciones para controlar el fuego en los diferentes frentes –en que participan 924 personas y tres helicópteros– siguen presentando dificultades, principalmente las condiciones del terreno con pronunciadas pendientes, la humedad relativa del 18 por ciento; los vientos de 10 a 30 kilómetros por hora con rachas de hasta 90 kilómetros por hora y con dirección cambiantes; las altas temperaturas, y el humo que afecta el avance de las cuadrillas terrestres y la aproximación de las aeronaves.
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